martes, 14 de enero de 2014

enero 14, 2014
Juan Acuesta Rodríguez

Resulta penoso y vergonzoso que las actuales autoridades municipales, de un plumazo, quieran borrar la Historia del municipio de Mérida. Es el caso de retirar las fotos de la Sra. Angélica Araujo y del señor Omar Lara Pacheco que, si bien tuvieron muchos desaciertos en sus gestiones, yo les pregunto: ¿acaso todos los que han estado y los que están no han incurrido en errores garrafales?


¿Acaso Manuel Fuentes, Bojórquez, Correa Mena, Wilberth Chi Góngora, Gaspar Gómez, Fernando Palma Cámara, Patricio, "El Cheché" y todos los que han estado, salieron limpios? Y el actual, Renán Barrera, ¿saldrá limpio?


No, señores. Pésele al que le pese, con retirar esas fotos no borrarán de la memoria histórica lo bien y lo mal que hayan actuado. Es como borrar de la Historia a Hernán Cortés, a don Francisco de Montejo, y a todos los presidentes y gobernantes que han tenido el Estado y el país.

La Historia se escribe con letras grandes y con letras pequeñas, según sea el caso. Pero al fin y al cabo, siempre formarán parte de la Historia.

El día en que los gobernantes en turno se dejen de considerar santificados y se olviden de los colores que los llevaron a los puestos que ocupan y que gobiernen con una verdadera política de estado sin importar el partido que fuere, ese día podremos considerar que hemos llegado a una madurez política.

No es posible que sólo los guíen sus intereses propios y partidistas. No es posible que, peor que los animales, estén ansiosos de un hueso para servirse a sí mismos.

Si hemos de intentar borrar la Historia con el simple hecho de retirar unas fotos, señores, quitemos las de todos, porque todos siempre tendrán cola que les pisen.

La Historia es la Historia y el Pueblo los juzgará.