JOHANNESBURGO, Sudáfrica, 12 de diciembre.- El ya célebre intérprete de la lengua de signos sudafricano acusado de convertir su traducción en un galimatías de gestos sin sentido durante el homenaje a Nelson Mandela el martes ha defendido su actuación, aunque reconoce que pudo haber sufrido un episodio esquizofrénico en el escenario.
El intérprete, identificado como Thamsanqa Jantjie y de 34 años de edad, dijo al periódico Star de Johannesburgo que comenzó a escuchar voces en su cabeza y alucinaciones, lo que se tradujo en gestos que no tenían sentido para las personas sordas, algo que gracias a las redes sociales se pudo comprobar que provocó indignación en todo el planeta.
"No pude hacer nada. Estaba solo en una situación muy peligrosa. Traté de controlarme y no mostrar al mundo lo que estaba pasando. Lo siento mucho. Es la situación en la que me encontré", confiesa al periódico. De hecho, sostiene que no sabe qué desencadenó el ataque en semejante situación, y asegura que había tomado la medicación para su esquizofrenia.