Bajo reserva | Periodistas EL UNIVERSAL | 27-X-13
LAS NEGOCIACIONES entre el PRI, PAN y PRD para la reforma político-electoral han causado incertidumbre y desgano entre quienes aspiran a ser consejeros del IFE, a ocupar los cinco lugares que quedarán vacantes al arranque de noviembre. ¿Quién le quiere entrar?, es la pregunta que corre por San Lázaro. El desánimo viene por la iniciativa para crear el Instituto Nacional de Elecciones que sustituirá al IFE. Muchos, nos dicen, argumentan que sería una chamba de algunas semanas y se acabaría cuando el Congreso dé vida al INE. Prefieren esperar y acudir a una nueva convocatoria que abra la Junta de Coordinación Política, que encabeza el coordinador parlamentario perredista, Silvano Aureoles.
LA IMAGEN que dan los priístas del centro del país con el tema de la reforma fiscal no corresponde con la de sus correligionarios en la frontera. No todo en el PRI es luna de miel, principalmente por la intención de homologar el IVA en la franja fronteriza, pasarlo de 11 a 16%. La prueba es una reunión que tuvo el titular del SAT, Aristóteles Núñez, con dirigentes estatales del partido, quienes le hicieron saber su inconformidad con llevar el IVA a 16%. Por más intentos que hizo don Aristóteles, los tricolores no le dieron espacio y lo atajaron una y otra vez, nos cuentan. Le dijeron que es evidente la falta de conocimiento, de no saber cómo se vive en la frontera y las desventajas que el impuesto generará para México. ¡Sopas!
COMO UN HURACÁN estacionado en el Senado se encuentra la reforma constitucional en materia de transparencia. Está detenida y al acecho de algunas instituciones. Por ejemplo, nos cuentan, el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, está como cuchillito de palo en comisiones de la cámara para que los senadores incluyan al banco central mexicano entre las entidades que puedan reservarse información, bajo el argumento de conservar datos sensibles y salvaguardar a la institución. Si don Agustín fracasa y se aprueba la minuta como llegó de San Lázaro, cualquier ciudadano podrá tener información del manejo de la política monetaria, nos explican. Y eso no le gusta a Banxico.