WASHINGTON D.C., 16 de octubre.- Arrastrando su profundo acento sureño, el senador republicano de Carolina del Sur Lindsey Graham reconocía estos días haber participado en varios intentos por echar del poder al expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich, quien dimitió en 1998 tras ser culpado del anterior cierre de la Administración y de la dolorosa pérdida de escaños republicanos en la Cámara. “Me gustaría esta vez participar en mantener al presidente en su puesto porque, francamente, creo que se lo merece”, finalizó Graham en referencia a John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes del Congreso de EE UU.
John Boehner, la segunda persona en la línea de sucesión de Barack Obama después del vicepresidente Joe Biden —lo que en teoría le convierte en el tercer hombre con más poder del país— ha sido la figura clave sobre la que han estado todos los ojos desde que comenzó la crisis hace ya tres semanas. En teoría, en su mano estaba acabar con la incertidumbre y el caos político que se ha adueñado del país y permitir la extensión del presupuesto y aumentar el techo de la deuda.