Utopía 1258 / 3 de junio de 2013 / Eduardo Ibarra Aguirre
El presidente de las grandes reformas legislativas vía el Pacto por México, en detrimento del papel del Legislativo según expresan con insistencia diversos integrantes de ese poder, concluyó su primer semestre. Y Enrique Peña juzga que “es el momento de soltar amarras para conducir al país hacia el rumbo correcto” (a buen puerto).
“Sí se puede y si podremos” dice el mexiquense de Atlacomulco –como “la expresión convencida y de ánimo” escuchada por él durante medio año– en Puerto Chiapas, en el Día de la Marina, porque “Son las palabras de millones de voces y mentes que están dispuestas a transformar a México”.
Voces procesadas por las mentes y que seguramente escucharemos con mayor nitidez y alcance durante el segundo semestre, cuando la reforma fiscal y petrolera, llamada energética, sean colocadas a la orden del día del trabajo legislativo, porque son las reformas estructurales más ansiadas por éste y los cuatro gobiernos anteriores, los intocados poderes fácticos –con Elba Esther Gordillo ganando recursos jurídicos desde la cárcel– y los 660 individuos y las 147 corporaciones que controlan la economía global (estudio de la Universidad de Zúrich, Suiza).