lunes, 9 de diciembre de 2013

diciembre 09, 2013
Opinión de JMRM

Desde 2007, ciertos personajes en la política yucateca parecen haber contraído, de manera simultánea, un serio caso de amnesia colectiva (y selectiva) sin precedentes.

"Respetable intelectual", "activista ciudadano", "incansable luchador social" y "líder de opinión" son algunos de los muchos adjetivos con los cuales los integrantes del club de los elogios mutuos han descrito a José Luis Sierra Villarreal. No recuerdan, o más bien no quieren recordar, su pasado.

Se trata de una ingenuidad voluntaria y ceguera conveniente ante los verdaderos motivos de dicho personaje.

En su juventud, el mencionado fue parte de la guerrilla que se consolidaría como la Liga Comunista 23 de Septiembre. Dicha agrupación fue responsable por el intento de secuestro y brutal asesinato del empresario regiomontano don Eugenio Garza Sada.

Sierra asegura, en un artículo que desde entonces ha sido eliminado de su blog México desde Yucatán, que las autoridades "pretendieron inculparlo" y que él estaba en prisión. Cabe mencionar que, por algún motivo, dicho post es citado como "referencia" en el artículo de Wikipedia (a todas luces creado y editado por él mismo o alguien a su servicio) sobre el mencionado.

Tras sus juventudes de guerrillero, Sierra Villarreal mantuvo especial cercanía con el extinto profesor normalista Antonio Betancourt Pérez, y junto con Rodolfo "Fito" Ruz Menéndez colaboró en la redacción de un libelúsculo impreso que era repartido por Betancourt en cafés del centro de la ciudad.

Betancourt fue, sin saberlo, ariete de los mencionados, quienes lo usaron a su gusto para golpear y desprestigiar a sus enemigos.

Fue por esos tiempos, si no poco antes, que José Luis pasó a figurar como investigador en el INAH Yucatán, a ser parte del sistema.

Nos adelantamos unos años, hasta la década de los 90's. Fue su esposa Dulce María, entonces gobernadora, quien patrocinó la creación del periódico Por Esto! en 1991. Al consolidarse este medio, su director Mario Renato Menéndez Rodríguez hizo a un lado tanto a la Sauri como a Sierra.

"Tiene una enorme fortuna económica, lograda a base de las corruptelas desde el poder que dice odiar", es como un video publicado en Youtube de manera anónima resume su historial (de guerrillero, a vivir del usufructo, y de manera repentina "crítico del poder" otra vez).

Conociendo éstos y muchos otros hechos, resulta gracioso y casi increíble que Sierra nos sea presentado ahora como un paladín de la justicia. El motivo es obvio: critica a los gobiernos de Ivonne Ortega Pacheco, Angélica Araujo Lara y Rolando Zapata Bello.

Los detractores de dichos mandatos, que cuentan con muchos argumentos válidos para serlo, agradecen la ayuda de donde venga.

Olvidan, o eligen olvidar, que Sierra fue parte de un movimiento delictivo y subversivo que va categóricamente contra las ideas de "orden y progreso" de la derecha, y que, como ya se indicó, fue clave en la fundación y éxito del Por Esto!, uno de los medios que posteriormente sirvió para consolidar el poder de Ortega Pacheco y el PRI en la entidad y, adicionalmente, que acusó de manera reiterada a la familia Patrón Laviada de nexos con el narcotráfico.

Nada le importó al esposo de la ex gobernadora Sauri hasta que ésta fue excluida e Ivonne Ortega ascendió a la gubernatura. Antes de ello, no tuvo problema en escribir contra el PAN y sus principales personajes, pero al iniciar el mandato de Ivonne dio un giro de 180° volviéndose, de la noche a la mañana, antipriísta.

El 4 de julio de 2011 fue consolidado, por el Diario de Yucatán, como un "activista ciudadano", quedando atrás los tiempos cuando Dulce rompió públicamente un ejemplar de dicho periódico, que publicó un reportaje detallado con el historial de ambos cuando inició su mandato.

Ivonne y Angélica, Ivonne y Angélica, Ivonne y Angélica... están detrás de todos los males que ve Sierra en el mundo desde entonces. Su odio llegó a tal grado que se ha referido a las hijas de cierta priísta yucateca como "bastarditas". Así opera el ex guerrillero: Si no estás con él, te ataca a ti y a tu familia. Si no estás con él, eres su enemigo. Sus críticas, aunque a primera vista pueden parecer fundamentadas, son meros síntomas de un rencor y odio personalísimos, y de una personalidad ególatra, violenta y destructiva.

Alguien que lucha por el bien común no involucra a terceros inocentes en sus batallas. Usar a niños para atacar a su madre, por ejemplo, es simplemente imperdonable y lo más bajo de la podredumbre ética.

Aparte de la amnesia entre los detractores del PRI, Sierra cuenta con un pequeño pero leal y servil círculo de discípulos, de esbirros obedientes que se dedican a adularlo en caso de que algún día vuelva a tener aunque sea una pizca de poder.

Esperemos, por el bien de Yucatán, esto jamás suceda.

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