miércoles, 11 de diciembre de 2013

diciembre 11, 2013
INGLATERRA, 11 de diciembre.- “Soy un chico”, dice a su hermana y a su madre un gemelo de 6 años que nació niña. Se llama Georgia Benson, es de Cheshire, y ha reavivado hoy en el Reino Unido el debate de la transexualidad infantil después de aparecer en la portada de The Sun. El periódico ha publicado hoy su caso en exclusiva.


Georgia quiere que llamarse George, tener el pelo corto, juguetes “de chico” y pantalones en la escuela. Su madre Hayley Benson asegura “estar luchando una batalla” desde que Georgia, a la edad de tres años, quiso que la trataran como a un niño. “Hemos sido rechazados y hemos sufrido bullying”, asegura.

“A su hermana Jasmine siempre le ha gustado jugar con muñecas de princesas y adora el color rosa. De alguna forma se hizo evidente que Georgia estaba más en casa cortándose el pelo para dejárselo corto, jugando con tractores, viendo Sam el Bombero y vistiéndose con su disfraz favorito de Spiderman”.

Desde entonces, la madre confiesa haber peleado para que doctores, maestros y trabajadores sociales reconozcan que George puede crecer como niño.

Una de cada 10.000 personas pasa por circunstancias similares, según asociaciones de defensa de la identidad de género en el Reino Unido. Hayley ha decidido hacer “lo que sea mejor para su hijo”.

“Georgia quiere ser un niño. Ahora se llama George y tiene la apariencia de un chico. Ha sido un proceso natural: comencé con una hija y ahora tengo un hijo”, cuenta.

“Otros padres me han dicho comentarios como '¿No has probado a decirle que no?' Eso me afecta mucho”, lamenta la madre. 

Hayley tuvo que reunirse con los profesores después de que un día George llegara a casa llorando porque lo trataban como a una niña. “Su maestra no lo aceptaba, y decía que yo necesitaba una autorización del director para que ella pudiera llamarle con nombre de chico, incluso después de haberle dicho yo que siempre le llamamos George en casa”, cuenta. 

“La dirección insinuó que era todo cosa mía y me dio a entender que yo tengo este comportamiento porque quiero un hijo. Me dolió que la gente señalara con el dedo”, asegura. “Estoy hablando ahora para que las autoridades nos tomen en serio”.

A George y su madre les han asignado un trabajador de apoyo escolar para ayudar a garantizar que el niño es tratado como tal en clase. El caso también está siendo tratado por los servicios locales de la Seguridad Social especializados en asuntos de género en niños y adolescentes.

Hayley es enfermera y ha criado sola a sus gemelos, después de que su padre dejara la casa poco después del nacimiento de las niñas. Trabaja en la Clínica Tavistock & Portman, la única del Reino Unido que ofrece ayuda solidaria a niños en estas circunstancias.

Hayley cuenta en el reportaje cómo supo que su hija quería ser un chico. “Yo estaba encantada de que iba a tener dos niñas. Yo ya tenía otra hija, y no podía esperar para vestirlas a juego. Todo era rosa, pero conforme sus personalidades se desarrollaron, me di cuenta que había algo diferente, y yo vestiría a George con sus camisetas favoritas de Bob el albañil. No creía que hubiera nada raro en eso. Pero cuando lo descubrí intentando cortarse el pelo, supe que era una cuestión más delicada. Entonces una madre en la enfermería me ofreció una bolsa con ropa de su hijo, y pensé ¿por qué no?”.

Desde entonces, George sólo se ha puesto un vestido, y fue para la fiesta de cumpleaños de su hermana. Tuvo tal rabieta tal que su madre le compró un traje para futuras ocasiones especiales.

“Fue un infierno conseguir que se pusiera el vestido de fiesta. Cuando llevaba el traje de chico a la fiesta de Navidad de la enfermería, el personal del centro me dijo que nunca antes había visto a George tan feliz, y eso es importante para mí”, explica la madre. “Cada vez que la gente le confunde con un muchacho, le sale una sonrisa radiante”.

“Un día dije ‘¡Vamos niñas!’ y ella inmediatamente me corrigió: '¡No, soy un niño!’. Entonces ella me dijo que quería ser un niño. Así que a partir de ese momento supe que tenía que referirme a ella como tal. Los niños son demasiado jóvenes para entender, por lo que afortunadamente no se meten con él. Pero me preocupa el futuro, especialmente cuando vaya al instituto”, relata Hayley. (Ragap España)

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