martes, 31 de diciembre de 2013

diciembre 31, 2013
MÉXICO, 31 de diciembre.- La noche del 24 y 31 de diciembre pueden ser las más estresantes para tu perro. No hay fórmula secreta para evitar que sufran estrés durante el estruendoso ruido de los fuegos artificiales. Sin embargo, puedes seguir algunos consejos para distraerlo un poco.

El ruido de las bombitas puede estresar a los perros domésticos.

La concentración de gente y los elevados ruidos provocados por los fuegos pirotécnicos generan malestar en los perros y gatos de la familia que, estresados por los estruendos festivos, pueden provocar destrozos e incluso huir de sus hogares, generando así la primera preocupación luego de los festejos de Navidad y Fin de Año.

Lo primero que debes hacer es realizar mucho ejercicio con el perro antes de que llegue la noche, así tendrás un perro menos ansioso al momento de la celebración de medianoche.

No lo dejes para el último, hazle caso a tu mascota y dale un largo paseo para que se sienta cansado y pueda dormir mejor.

No humanizar a nuestro perro: si tu perro entre en un estado de mucha ansiedad o fobia por los ruidos, no le des afecto en ese momento, no lo acaricies o lo quieras proteger… Así no reforzarás esta conducta y ayudarás mucho más a tu mascota.

Trata de que tu perro esté en un lugar oscuro y aislado, en por lo menos un 60 por ciento de los ruidos. Si puedes, coloca tapones de algodón en sus oídos, hay perros que no se dejan y se ponen tensos, pero es una buena opción.

Algunos canes pueden reaccionar de manera excesiva a los ruidos y llegan a sufrir ataques de pánico que los llevan a huir de sus hogares o incluso a reaccionar en forma violenta contra las personas o arrojarse de los balcones.

¿Cuándo debes aplicar los tips?

- Cuando nuestra mascota previamente comienza a alterarse, ejemplo: camina de un lado a otro constantemente.

- Cuando nuestra mascota no responde al llamado.

- Cuando nuestra mascota generalmente tiende a ocultarse en lugares poco habituales como ejemplo: Debajo de las mesas.

- Cuando entra en su casa y no sale en ninguna circunstancia.

- Comienza a temblar o quiere ocultarse en nuestras piernas.

- Cuando empieza a gemir constantemente.

Si somos muy observadores y aplicados podremos ayudar a nuestro mejor amigo a pasar estos momentos más positivamente. Desde luego que lo mejor sería no exponerlos a estos ruidos, pero desgraciadamente lo que hagan nuestros vecinos no está en nuestras manos. (SDP Noticias)