sábado, 14 de diciembre de 2013

diciembre 14, 2013



Paso la mano sobre el mármol frío,
de Cristo el rostro palpo bajo el velo;
sudario santo reproduce el celo
de un escultor napolitano pío.

De imágenes privado, me rodea un vacío;
peligroso es cruzarlo, mas anhelo
acallar la zozobra del recelo
y declarar que lo que toco es mío.

Tiento las cosas para así apropiarme
de mi espacio vital. Para allegarme
la sustancia esencial, fuente de vida.

Tú que no eres de mármol, sé prudente,
no por ser yo ciego, seas clemente.
Si mi mano te toca, estás perdida.

                                                  (R.R.R.)