He Zili corre en el patio de su casa en la provincia de Zhejiang, en China. El niño sufrió un golpe en la cabeza al año de edad y comenzó a sufrir desórdenes mentales. Según su familia, no tienen elección sino mantenerlo encadenado porque tiene la tendencia de atacar a quienes lo rodean. (William Hong/Reuters)
viernes, 29 de noviembre de 2013
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