martes, 26 de noviembre de 2013

noviembre 26, 2013
Historias de reportero | Carlos Loret de Mola Álvarez|  26-XI-13

Sus interlocutores coinciden en definirlo como uno de los hombres más inteligentes de la escena pública nacional. Su gestión en la ciudad de México fue bien calificada por los ciudadanos. Sin embargo, Marcelo Ebrard ha probado ser un mal político electoral: no gana una.

Desde el gobierno del DF tuvo todo (presupuesto, reflectores, apoyos) para ser candidato presidencial y no logró vencer a Andrés Manuel López Obrador. Quiso sacar al PRD del Pacto por México y no pudo. Cabildeó que por encuesta se definiera al futuro líder nacional perredista y perdió la votación. Busca ser sucesor de Zambrano y todo apunta a que será derrotado.

Así, su figura parece más el testimonio de un anhelo permanente que una fuerza real capaz de empoderarse. El Congreso perredista terminó bien para todos —Los Chuchos, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, René Bejarano Martínez y las corrientes pequeñas—, menos para Ebrard. Parece con un pie fuera del partido.


Ya rompió con su antecesor y con su sucesor: no lo quieren López Obrador y Morena ni Miguel Mancera y el GDF. Está peleado con Los Chuchos. No lo respalda Cuauhtémoc Cárdenas. No lo apoyan Bejarano ni Amalia García. Y hasta algunos de los tradicionales “marcelistas” se han ido separando del grupo, como Armando Ríos Piter, que ya se acercó a Bejarano en su intención de ser gobernador de Guerrero.


Ni en los seis años que contó con un presupuesto enorme en el gobierno de la capital nacional, ni en el año que ha transcurrido desde que entregó el poder, Marcelo Ebrard fue capaz de construir una fuerza considerable dentro del partido ni tampoco alianzas perdurables con las corrientes dominantes.

En el Congreso Nacional del fin de semana, Los Chuchos sacaron adelante los puntos que les interesaban: mantenerse en el Pacto por México por lo menos hasta mediados de 2014, se aseguraron de que el próximo dirigente sea elegido dentro del ámbito que controlan (delegados en el Consejo) y ganaron la votación para que ex presidentes del PRD puedan reelegirse no consecutivamente.

Esta última regla les abre dos opciones: mantienen viva la carta de apoyar a Cuauhtémoc Cárdenas como vía para mantener la unidad en el partido frente al nacimiento de Morena y a la vez pueden reciclar a Jesús Ortega, Guadalupe Acosta o hasta Zambrano en el futuro. Si el hijo del “General” sigue negándose a ser de nuevo líder nacional, no parece que tendrán muchos problemas en llevar al cargo al otro Chucho histórico, Carlos Navarrete Ruiz.

Cárdenas aseguró que su resurgimiento como figura central del PRD con motivo de la oposición a la reforma energética se mantendrá sin peros y tendrá tiempo para pensar si quiere meterse de nuevo a la tarea de presidir el partido.

Los Bejaranos, aunque disminuidos, se mantienen como segunda fuerza interna, capaces de negociar adentro con Los Chuchos y afuera con un espectro que va desde Peña Nieto hasta López Obrador, nada menos.

Marcelo sigue dando declaraciones.

SACIAMORBOS

Entró ayer el CISEN al Senado. Estaban ya los generales de la Policía Federal. Se alistan para recibir a AMLO por la energética.

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