viernes, 22 de noviembre de 2013

noviembre 22, 2013


pentagrama


El Día del Músico es un día muy especial porque la música es el idioma universal. A través de ella se puede recorrer el mundo y es el único elemento que no requiere visa o pasaporte, para la cual no existen fronteras. Pero ella se debe a todos los músicos de antier, de ayer, de hoy y del futuro, porque ellos son los creadores de ese encanto tan divino que son las notas negras, blancas, corcheas, semicorcheas, fusas y semifusas que, unidas y entrelazadas, enaltecen la vida y el alma.
 
No existe la música fea, existen los ritmos, los géneros y los tiempos en la misma y se hace permisible en todas las clases sociales.

La música siempre hará palpitar en alegría y en tristeza los anhelos y los recuerdos de cada etapa de la vida.
 

El músico, antes, era un personaje al cual la sociedad señalaba en forma despectiva porque quizá esa misma sociedad no se había percatado de la importancia y la grandeza de la misma. Tan es así, que no existe país en el mundo que no posea un himno que lo enaltezca o que lo represente.


Hoy, esta sociedad se ha abierto en bien de la música, creando espacios para que los jóvenes aprendan debidamente los arpegios, las notas y los compases que en armonía crearán un sonido que agrade al oído y que congregue a la gente, al público, ante un escenario.

Le doy gracias a la vida por permitirme ser partícipe de esa hermosura y belleza que representa la música en todas sus modalidades. 

Soy una crítica del arte en toda su expresión y siempre reconoceré y agradeceré a toda esa gente, que me permita escucharle y disfrutarle ante un escenario.

Felicito a esos seres, muchos de ellos anónimos, otros plenamente conocidos, que han dedicado su vida y su esencia a crear música.