viernes, 15 de noviembre de 2013

noviembre 15, 2013
MÉRIDA, Yucatán, 15 de noviembre.- La exposición temporal To’on, mayas contemporáneos parte del concepto de que la identidad maya se construye en sociedad, no a partir del individuo, y de ahí la importancia del ‘nosotros’. Sin embargo, a partir de la llegada de los españoles se convierte en una identidad rota que se reconstruye a partir del discurso, el tsikbal. La muestra más evidente es la leyenda del kuxa’an suum, la soga viviente: su destrucción significó la idea de ruptura de la soga-cordón umbilical, pero se reconstruye con el discurso y el día que la soga se una de nuevo habrá de revivir el mundo maya.

La alimentación. (clic a las fotos de JMRM)


La leyenda maya de la soga viviente, kuxa’an suum, se desenrolla a través de 7 “Cámaras de Leyendas” que aluden a los pedazos que conforman la soga y representan las propias historias de los componentes de la identidad del pueblo maya contemporáneo: la persona, la familia, la casa, el pueblo, el monte, el trabajo y la religión.


Es en toda la planta alta del Museo Regional de Yucatán Palacio Cantón, en Mérida, donde se desenrolla una original exposición conformada por 7 cabinas independientes que en su interior ilustran las leyendas con fotografías del pueblo maya contemporáneo.

La casa.


Gracias al auspicio del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el Gobierno del Estado de Yucatán y el Instituto de Historia y Museos de Yucatán, la exhibición está abierta al público desde el 3 de noviembre de 2013 y hasta el 25 de enero del 2014, en el Museo Regional Palacio Cantón, Mérida, Yucatán, localizado en el Paseo Montejo.

Las fotografías que ilustran las leyendas provienen de los acervos de la Fototeca Nacho López del CDI, de la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural y de los archivos de los fotógrafos Bob Schalkwijk, Pim Schalkwijk, Alfredo Martínez y del Lingüista Fidencio Briceño Chel.

To’on, mayas contemporáneos es un recorrido que ofrece una mirada al pensar y modo de ser de la cultura maya yucateca actual a través del tsikbal, del discurso, de la palabra y la tradición oral, pues en ella está su fortaleza como pueblo y la forma de entender el mundo, enseñanzas transmitidas de generación en generación.

El discurso se basa en el concepto de identidad del pueblo maya contemporáneo y su cosmovisión. Elementos que siguen vigentes, se expresan en el quehacer cotidiano y se recuerdan y refuerzan a través del tsikbal, de las leyendas transmitidas oralmente de padres a hijos y en las cuales están inmersos conocimientos que forman parte de las personas como individuos y como miembros de una comunidad.

Por tanto, el hilo conductor de To’on, mayas contemporáneos está formado por relatos y leyendas mayas que irán guiando al espectador en la exploración de esta cultura viva a través de fotografías y objetos que ilustran el contenido de cada leyenda y el tema al que refiere.








La museografía está pensada como “Cámaras de Leyendas”, módulos independientes ubicados al centro de las salas, a razón de islas, de formas geométricas simples y soportadas por una estructura (patas) minimalista que otorga una ligereza en torno al espacio, logrando ser respetuosas por su conformación exterior simple y permitiendo al espectador ver, percibir y sentir el espacio del edificio histórico que las alberga.

La interacción pieza-espectador se da a través de la exposición de las fotografías y la sonorización de las leyendas en la lengua maya, así como la transcripción de los textos en maya, español e inglés a manera de cédula continua. De esta forma, se pretende que a lo largo del recorrido el visitante escuche el relato en la lengua maya, lo lea en su propio idioma y relacione las fotografías y objetos que la ilustran.

Es necesario, considerando la sociedad urbanizada y moderna en la que vivimos, alcanzar una comprensión de la importancia de la población y la cultura maya actual en la península. Casi la mitad de los habitantes de la península - yucatecos, campechanos y quintanarrooenses - son antes que nada mayas. El idioma se aprende en casa a temprana edad y con él tienen acceso a una cultura milenaria y a una visión distinta de la occidental. Los valores, la naturaleza y el orden de las cosas adquieren un sentido diferente.

Los hombres cultivan los predios familiares, las mujeres bordan sus hipiles con elaborados diseños, y se continúan produciendo enseres de barro para el uso doméstico y la venta al turista. Los campesinos mayas todavía rinden culto a sus divinidades, aunque muchos ritos ya no se realizan o han cambiado. La religiosidad popular incorpora formas mestizas y elementos provenientes del cristianismo. La palabra y la oración cotidiana mantienen su importancia en la comunicación con el mundo sobrenatural. Son respetuosos de la naturaleza y la preservación del medio ambiente. Cada tarea agrícola está acompañada de un ritual, ya se trate de la tala de un árbol o la cosecha del maíz. La vida y el trabajo en comunidad siguen siendo valores centrales de los mayas actuales, por encima de la individualidad.

Aunque el mundo maya es en principio rural y se centra sobre las comunidades que se dedican al cultivo del maíz mediante la milpa, la cultura maya sigue estando presente, incluso en las ciudades. Es evidente que la sociedad maya enfrenta un profundo y cada vez más rápido proceso de cambio y enfrenta el desafío de mantener su identidad mientras se moderniza.

Todas las culturas cambian, y los mayas se están adaptando a las condiciones modernas. Para su sobrevivencia económica y social, adoptan y utilizan lo que más les beneficia: la electricidad, el agua entubada, la radio y la televisión, incluso el fertilizante para las milpas. Todas estas cosas son empleadas por ellos porque así lo eligieron, sin embargo, permanecen siendo un pueblo aparte. Poseen un profundo conocimiento común, una comprensión de las fuerzas naturales que los rodean. Son gente de monte y, sobre todo lo demás, con la ayuda de los espíritus guardianes hacen su milpa. Hay que recordar que son los hombres hechos de maíz.

To’on, mayas contemporáneos presenta una mirada hacia lo que significa la identidad del pueblo maya contemporáneo, identidad que se mantiene con vigor gracias al uso de la lengua maya, del tsikbal, la permanencia de rituales y costumbres religiosas y la vivencia de tradiciones arraigadas en sus prácticas cotidianas a pesar de los cambios que inevitablemente llegan con la modernización.

El concepto y diseño museográfico es de Adriaan Schalkwijk con la colaboración de Rodrigo Da Silva. El concepto curatorial es de Ana Méndez Petterson, la investigación y recopilación de leyendas es de Fidencio Briceño Chel. La comunicación visual estuvo a cargo de María Calderón, mientras que Andrea Villela estuvo en el área de apoyo curatorial. (Boletín INAH)

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