miércoles, 6 de noviembre de 2013

noviembre 06, 2013
QUERÉTARO, México, 6 de noviembre.- A punto de cumplir 93 años de vida falleció la coreógrafa,  fundadora y directora del Ballet Nacional de México (1949-1995), Guillermina Bravo.

La decana de la danza contemporánea en el país, en imágenes tomadas del libro Guillermina Bravo: iconografías, de Patricia Cardona (foto Walter Reuters y Maritza López)

La decana de la danza en México, autora de 57 coreografías con una trayectoria dancística marcada por su perseverancia y tenacidad, murió hoy en su casa de Querétaro. Cada una de sus propuestas coreográficas dieron vida a la danza profesional del país.

La discípula de Waldeen y bailarina de su grupo entre 1940 y 1945 formó a grandes figuras de la danza mexicana en su compañía nacional, artistas que recibieron de Bravo la actitud de observar e investigar, que ella, a su vez, asimiló de las primeras épocas de la danza moderna.

Guillermina Bravo, directora y fundadora del Ballet Nacional de México, quien el 13 de noviembre hubiera cumplido 93 años (foto Maritza López)

Sus primeras coreografías fueron catalogadas por los críticos de nacionalistas, luego vinieron los temas sociales, los mágico-rituales tomados de mitos indígenas, composiciones para solistas, piezas sobre el amor y la muerte, sin olvidar las propuestas didácticas.

Bravo dejó de bailar en 1960 para dedicarse exclusivamente a la creación coreográfica. Entre sus obras más memorables figuran: El paraíso de los ahogados (1960), Juego de pelota (1968), Sobre la violencia (1989) y Entre dioses y hombres (1991). La maestra construyó obras con una temática profundamente mexicana, siempre mostró interés por los acontecimientos sociales.

Imagen de la obra Guillermina Bravo: iconografías, de Patricia Cardona

En 2006 anunció la desaparición del Ballet Nacional de México. Se dedicó por completo a fortalecer el Colegio Nacional de Danza Contemporánea, que creó desde hace 19 años en Querétaro, donde se imparte, además del bachillerato en humanidades, una licenciatura con cinco especialidades: ejecutante de danza, docencia, coreografía, investigación y producción escénica. Su ilusión fue lograr la profesionalización de la disciplina en Querétaro, con la finalidad de hacerla más accesible y con mayores recursos.

Dicha situación fue denunciada por la propia bailarina en los últimos años. En una entrevista aparecida en 2010 en el diario La Jornada, la veracruzana refirió que  ni Teresa Vicencio (directora entonces del Instituto Nacional de Bellas Artes, INBA) ni Consuelo Sáizar (ex presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y la Artes, CNCA)" quisieron apoyarla, toda vez que en 2009 les fue retirado el apoyo que recibieron durante casi 40 años.

La fundadora del Ballet Nacional de México, en 1938, cuando fue discípula de Nellie Campobello en la Escuela Nacional de Danza, en imagen tomada del libro Guillermina Bravo: iconografía, de la investigadora Patricia Cardona (foto: Lucio Sánchez Bravo)

Su trabajo artístico fue reconocido en 1979 con el Premio Nacional en Ciencias y Artes. Fue miembro emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte.

En 2011 recibió un homenaje nacional por sus 90 años con el estreno de la coreografía Memoria ciega, creada ex profeso por Claudia Lavista.

La decana de la danza contemporánea en el país, en imágenes tomadas del libro Guillermina Bravo: iconografías, de Patricia Cardona (foto Walter Reuters y Maritza López)

Nació en Chacaltianguis, Veracruz, el 13 de noviembre de 1920. Inició sus estudios en la Escuela Nacional de Danza y se bailó por vez primera en el Palacio de Bellas Artes cuando contaba con 20 años de edad como parte del Ballet de Bellas Artes, bajo la dirección de la bailarina estadunidense Waldeen.

Junto con Ana Mérida creó un grupo de danza moderna al que llamaron Ballet Waldeen. En 1947, bajo el auspicio de José Vasconcelos y el compositor Carlos Chávez funda, también de la mano de Mérida, la Academia de la Danza Mexicana, la cual dirigió sólo poco tiempo pues en 1949 se separa para integrar el Ballet Nacional de México.

Bravo en videoentrevista de febrero 2011 (imagen: El Universal)

Dicha agrupación fue considerada desde sus inicios hasta su desintegración, en 2006, el grupo de danza contemporánea más importante del país, toda vez que se considera marcó una pauta estética a la danza moderna. (Con información de Fabiola Palaba para La Jornada)

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