domingo, 13 de octubre de 2013

octubre 13, 2013
NUEVA YORK, 13 de octubre.- Después de una investigación de más de dos décadas, la policía de Nueva York anunció el sábado que arrestó al presunto asesino de una niña de cuatro años conocida públicamente como "Baby Hope" (Bebé Esperanza), cuyo cadáver fue hallado dentro de una nevera portátil junto a una autopista de Manhattan en 1991.

Durante un interrogatorio el sábado por la madrugada a un primo de la niña, Conrado Juárez, ahora de 52 años, confesó que violó y asfixió a la menor, dijo el comisionado de policía Raymond Kelly.

Tumba de la pequeña. Su lápida indica que no pudo ser identificada.

La identidad de una niña y las circunstancias de su muerte habían quedado en el misterio durante dos décadas. Pero esta semana la policía dijo que una nueva pieza de información y una prueba de ADN habían permitido identificar a la madre de la niña, en un drástico revés de uno de casos más famosos de la ciudad que no había sido resuelto.


La policía también reveló que el nombre de la niña asesinada era Anjelica Castillo.

El cadáver desnudo y desnutrido de Anjelica fue hallado el 23 de julio de 1991 en una ladera de la autopista Henry Hudson Parkway. Los detectives pensaron que había sido asfixiada pero tenían pocos indicios de lo sucedido.


Una foto del 23 de julio de 2013 de un aviso colocado en un poste pide información sobre el cadáver de una niña, cuyo cadáver fue hallado descompuesto dentro de una congeladora portátil en Nueva York.

La policía dijo que el hombre vivía en el Bronx, pero que la familia habitaba en el condado de Queens cuando ocurrió el asesinato. Asimismo, afirmaron que Juárez dijo que otro pariente le ayudó a deshacerse del cadáver.

El caso se convirtió en una obsesión para algunos investigadores. Cientos de personas asistieron al entierro de la niña desconocida en 1993. Sus restos fueron exhumados para realizar una prueba de ADN en el 2007 y nuevamente en el 2011.

El largo brazo de la justicia alcanzó al asesino: la policía anunció el sábado 12 de octubre del 2013 que el primo de la niña, Conrado Juárez, de origen mexicano y de 52 años, confesó que la había violado y la había asesinado.

En julio, los detectives trataron de realizar una ronda de publicidad al cumplirse los 22 años del aniversario de su hallazgo. Efectuaron una campaña en el vecindario donde se halló su cadáver, colgaron avisos, bocetos del rostro de la niña y una fotografía de la nevera portátil y anunciaron que darían una recompensa de 12,000 dólares por información que condujera a un arresto.

El ex detective Jerry Giorgio, que trabajó en el caso desde 1991 hasta su retiro a mediados de este año, dijo que siempre tuvo confianza de que el caso se iba a resolver.

"Ustedes conocen esa expresión: ¿Estar en el quinto cielo?, dijo Giorgio el sábado. "Bueno, estoy en el quinto cielo". (AP)

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