martes, 1 de octubre de 2013

octubre 01, 2013
CIUDAD DE MÉXICO, 1 de octubre.- Casi tres semanas después de que dos ciclones azotaran a México de forma casi simultánea, ocasionando graves inundaciones y aludes, unas 240 comunidades de Guerrero (sur) siguen incomunicadas y al menos 30 de ellas deberán ser relocalizadas, informó este martes el gobernador estatal.

“Hay cerca de 240 comunidades todavía incomunicadas solo en la montaña alta de Guerrero (...) y va a haber necesidad de reubicar a por lo menos 31 pueblos”, dijo Angel Aguirre, gobernador de ese empobrecido Estado con costa en el Pacífico, en entrevista con Radio Fórmula.

El funcionario precisó que “hay quienes se resisten” a dejar sus localidades, mientras autoridades federales y estatales realizan un “programa muy intenso” para restablecer las rutas que conducen a la zona montañosa del Estado.

Comunidad de La Pintada.

Sin embargo, Abel Barrera, director de la ONG Centro de Derechos Humanos Tlachinollan, advirtió que “las cifras del Gobierno del Estado no se apegan a la situación que se vive de aislamiento e incomunicación”.


Para el defensor de los derechos de los pueblos nativos de la montaña de Guerrero, “serían cerca de 400 comunidades” que siguen estando inaccesibles vía terrestre y aérea, además de carecer de servicio telefónico, por lo que “no pueden comunicar lo que les pasa (... y) no puede llegar la ayuda suficiente”.

Desde el 12 de septiembre, las lluvias torrenciales provocadas por Ingrid -en la costa del Golfo de México- y Manuel -en el océano Pacífico- afectaron gran parte del país con un saldo de al menos 147 muertos y cuantiosos daños materiales, siendo Guerrero el estado más dañado.

Los habitantes de las localidades aisladas deben caminar hasta siete horas para obtener auxilio, y en algunas de ellas hay muertos que no han sido registrados por las autoridades así como niños enfermos, según Barrera, quien advirtió de los problemas que pueden surgir si se decide, arbitrariamente, reubicar a comunidades enteras.

Los habitantes de esos pueblos, en su mayoría indígenas, “quieren mantenerse dentro de su territorio, pues fuera de él perderán el patrimonio que tienen, así como factores de tipo simbólico, sagrado, y de identidad”, dijo.

El gobierno federal asegura que muchos de los daños que dejaron las tormentas en la montaña de Guerrero se debieron a que autoridades corruptas otorgaron permisos para construir en zonas de alto riesgo.

Uno de estos lugares es la comunidad La Pintada, donde se registró el deslave más dañino. El lodo y las piedras enterraron una tercera parte del pueblo, dejando hasta el momento varios muertos y 53 desaparecidos, cuyos cuerpos podrían estar aún bajo el alud.

La reconstrucción de las rutas y labores de rescate se desarrollan muy lentamente, ya que la maquinaria necesaria no puede acceder.

“Pero también hay falta de voluntad política”, advirtió Barrera, quien opinó que todos los esfuerzos se concentran en el turístico puerto de Acapulco, pues representa “la imagen que se tiene que cuidar”. (AFP)

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