martes, 22 de octubre de 2013

octubre 22, 2013
MÉXICO, 22 de octubre.- Si se aprueba el impuesto de un peso a las bebidas azucaradas la industria refresquera despedirá a 10 mil empleados de inmediato, y 20 mil en el mediano plazo, advirtieron representantes del sector, quienes también anunciaron que de concretarse la iniciativa aplicarán una política de resistencia social.


El director general de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (Anpec), Emilio Herrera, explicó que de aprobarse el impuesto de un peso por litro de refresco, el sector enfrentaría una disminución de ventas y por lo tanto tendría que disminuir su producción y ajustar su cadena de distribución.

Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes, criticó que la reforma fue una imposición de la Secretaría de Hacienda.

“Después de andar dos meses en la Camara de Diputados por que nos escuchen Luis Videgaray no tuvo la sensibilidad política de llegar a un proceso de negociación con al cadena productiva de refrescos. Estamos llegando a esta reforma sin ningún tipo de negociación política, fue una imposición”.

Adelantó que la medida le va a costar al país más que a los consumidores los refresco y dijo que si se aprueba los comerciantes, quienes reciben 30 por ciento de sus ganancias mediante la venta de refrescos iniciarán acciones de resistencia civil.

“Vamos a una política de resistencia social porque no nos vamos a cansar de grillar a los consumidores de que cada peso que gasten en refresco 35 por ciento son de pago de impuestos al gobierno y que no están debidamente justificados en el gasto publico”, advirtió. (Juan Carlos Miranda para La Jornada)

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