miércoles, 2 de octubre de 2013

octubre 02, 2013

De retorno de su viaje a Yucatán, en 1865, la Emperatriz Carlota Amalia se dirigió a Campeche por el camino carretero que pasaba por Ticul y Muna, con el objeto de visitar de paso las ruinas de Uxmal; la acompañaba una lucida escolta de lanceros a caballo, amén de sus damas de honor.

Habiéndose detenido en la hacienda Mucuyché de doña Loreto Peón, al visitar el precioso cenote que hay allí, Carlota manifestó deseos de bañarse en la cristalina linfa, lo cual hizo luciendo un atrevido traje de baño que no dejó de escandalizar un poco a las timoratas damas de honor.

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