miércoles, 2 de octubre de 2013

octubre 02, 2013
Historias de reportero | Carlos Loret de Mola Álvarez | 2-X-13

Los funcionarios federales, estatales y municipales aseguran que hicieron su trabajo a tiempo para enfrentar lo que se convertiría en la emergencia nacional por desastres naturales más extensa en la historia del país. Según los recuentos, hubo emisión de boletines oficiales, llamadas entre instancias y gobiernos, e instalación de consejos de protección civil. Pero es un hecho que la población en general no se enteró de la gravedad del fenómeno sino hasta que ya había sido golpeada. Algo en el proceso falló.

La otra arista del tema es que actos de corrupción y negligencia de autoridades de los tres niveles, que permitieron construcciones en lugares de riesgo, fueron determinantes para que los daños crecieran.


Hasta ahora hay 147 personas muertas, 29 mil damnificados en albergues y muchos más que lo perdieron todo.


La autoridad está obligada a establecer quiénes fallaron y quiénes delinquieron. Hasta ahora se ven sólo jaloneos políticos.

A lo más que llegó la alerta por la tormenta Manuel para Guerrero fue a color naranja, el domingo 15 de septiembre a las 10:30 de la mañana, según los boletines del Sistema de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación. Para esa hora, buena parte del estado sufría ya los estragos de las lluvias comenzadas desde el jueves anterior. Para Colima y el sur de Michoacán la alerta llegó a ser roja, pero los efectos fueron menores.

Esa noche, el titular de Protección Civil, Luis Felipe Puente, llamó a conferencia de prensa, en la que comenzó a comunicar la dimensión del daño causado por la conjunción de Manuel, que golpeó al país desde el Pacífico, con Ingrid, llegada por el Golfo.

Entre el jueves y la mañana del domingo hubo nueve boletines sobre Manuel y ocho sobre Ingrid, los cuales usa Puente como prueba de que su área cumplió con alertar a los estados y municipios que estaban en riesgo.

Este lunes Puente relató que mantuvo el contacto por teléfono con el titular de la Comisión Nacional del Agua, David Korenfeld, quien recibía los datos del centro de huracanes de la agencia estadounidense NOAA (National Oceanic and Atmospherical Administration), los certificaba y se los comunicaba a Segob.

El caso es que con los reportes de la NOAA, los titulares de Conagua y Protección Civil consideraron a Manuel un fenómeno “moderado” desde su inicio y hasta el 16 de septiembre, cuando ya había causado a Guerrero los daños más severos.

Los estados, igual que los funcionarios federales, afirman que alertaron a tiempo a sus poblaciones. En el caso del más golpeado, Guerrero, su gobernador y su responsable de protección civil señalan que alertaron a los guerrerenses por medio de Twitter y Facebook. Sabiendo las condiciones sociales de la entidad, suena a mala broma.

El director del Fondo Nacional para Desastres Naturales (Fonden), José María Tapia Franco, estaba en viaje de placer durante el “puente”. Gobernación ya anunció que lo investiga.

Corren apuestas sobre destituciones en las instancias federales involucradas y procesos penales contra algunos funcionarios estatales por lo ocurrido durante la emergencia, y para ex funcionarios por lo que permitieron antes. Por ahora sólo eso, quinielas.

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