miércoles, 16 de octubre de 2013

octubre 16, 2013
Pedro Echeverría V.

1. Para nosotros: los maestros conscientes del país, los que batallamos en las calles para que la educación y la nación sirvan a los más pobres y explotados, el gobierno de Peña Nieto, así como los gobiernos anteriores, es facistoide, es decir, camina hacia el fascismo del tipo Mussolini y Hitler; parecido al de Pinochet y Álvaro Uribe de los últimos 40 años. Los que viven cómodamente en su casita viendo televisión, recibiendo un salario, piensan distinto porque ignoran la realidad o se la muestran totalmente tergiversada. La realidad “real” es que el fascismo es mucho más brutal, nos tendría prohibido cualquier manifestación de masas y nos lanzaría metralla en las calles. El régimen fascistoide es un grado anterior: vigila y controla todo, impulsa leyes contra las protestas, inventa paramilitares para golpear, encarcela y matar cuando está desesperado.

2. Los luchadores sociales deben estar muy vigilantes y preparados. Imagínense: el gobierno está usando a traileros, a camioneros de carga y a porros –jóvenes fáciles de manipular- para desbloquear carreteras. No conforme el gobierno de contar con más de 300 mil soldados y policías para joderse a los profesores, ahora con bates de beisbol, con maderos y hasta pistolas, agreden a los profesores que usan el bloqueo del cobro de casetas para defender sus derechos. Ese es el régimen fascistoide que camina rápidamente hacia el fascismo caliente. ¿Democracia en México? ¡Pura mierda! Sólo dejan actuar a quienes saben de antemano que no tienen perspectiva de crecer, de convertirse en un fuerte movimiento de oposición; pero como Guerrero, Veracruz, Zacatecas, Quintana Roo, Chiapas, pueden convertirse en un peligro, los reprimen con brutalidad.

3. En Yucatán, que pensé que nunca saldría de su letargo, que en algunas obras escritas he dicho que la “casta divina” (hacendados henequeneros y clero) les ha llenado el cerebro con un pensamiento derechista, ahora me sorprende tomando una carretera de salida de Yucatán y de entrada a Campeche. No fui avisado; me perdí esa maravillosa acción de los maestros en la región (entre Yucatán y Campeche) donde el general carrancista Salvador Álvarado tuvo que entrar a sangre y fuego en 1915 para imponer la Revolución Mexicana en el estado de Yucatán totalmente contralado por los hacendados henequeneros. Halachó es el estado límite con Campeche y jamás pensé que en esa primera población que gobernó mi “hermano” del internado de secundaria –Amado Fernández- apareciera la rebeldía de los profesores. Espero ser convocado para otras acciones.

4. Que no se equivoque el gobierno y su jilguero Chuayffet, funesto secretario de Educación. Los maestros son profesionistas de primera, sobre todo aquellos que egresaron de la normales rurales que ahora el gobierno quiere cerrar por ser “nido de comunistas”. Aunque por solo seis años yo también fui profesor rural y conocí la identidad que había que tener con el pueblo. Aunque la sociedad capitalista ha querido extirpar de su pensamiento el amor a su pueblo ofreciéndoles coches, terrenos, comodidades y todo el consumismo capitalista, los profesores se han resistido o por lo menos no han vendido su corazón a las chácharas del capitalismo. Aunque Vasconcelos –siendo secretario de Educación en los años 20- buscó identificarlos con un país mestizo, en Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Michoacán, Morelos, la cultura se conservó íntegra.

5. Los maestros pueden tener algunas deformaciones secundarias –sobre todo los que vienen de lolegios privados- pero en su corazón sigue latiendo el sentimiento colectivo de solidaridad y de lucha. Cuando veo a maestros queriendo imitar a la burguesía recuerdo al filósofo Murcusse: “Si el trabajador y su jefe se divierten con el mismo programa de TV y visitan los mismo hoteles de veraneo; si la taquígrafa se viste tan elegantemente como la hija de su jefe; si el negro tiene un Cadilac, si todos leen el mismo periódico, entonces esta asimilación indica no la desaparición de las clases, sino la medida en que las necesidades y satisfacciones que sirven para la preservación del establecimiento, son compartible por la población subyacente”. Los maestros no han sido sometidos en todo por el capitalismo; aún conservan márgenes de independencia.

6. El gobierno, los empresarios, los medios de información, no ganarán la batalla contra los maestros. Podrán tener algunos triunfos momentáneos como el desalojo del Zócalo o el retiro masivo de los oaxaqueños del DF, pero lo maestros jamás serán derrotados porque siempre regresarán. Ningún gobierno priísta, panista o perredista va a destruir la educación imponiendo medidas privatizadoras, derechistas o clericales. México lleva más de 150 años defendiendo a la educación pública, gratuita, laica, obligatoria, popular y no podrá haber nadie –mucho menos el imperialismo extranjero y sus lacayos- que quieran bloquear la educación del pueblo. La CNTE, la única organización que desde hace 34 años está en piue de lucha, se ha fortalecido en todo el país y está en condiciones para encabezar al sindicato nacional para hacerlo democrático, independiente, horizontal e igualitario. (13/X/13)