jueves, 24 de octubre de 2013

octubre 24, 2013
CIUDAD DEL VATICANO, 23 de octubre.- El papa Francisco aclaró hoy que la Iglesia católica no es un negocio, ni es una agencia humanitaria, sino que su misión es llevar a todos el mensaje cristiano.

El líder católico comenzó la audiencia con un largo recorrido en papamóvil a través de la multitud extendida en la plancha asfáltica y en un momento se bajó del vehículo para saludar a una anciana que quería estrecharle la mano.

Antes de la Audiencia General el Papa Francisco ha recibido, en el Aula Pablo VI, a los participantes del Congreso Nacional de Capellanes de las Cárceles italianas. El Santo Padre pidió a a los presentes que hicieran llegar su saludo a todos los presos.

Según el pontífice, la Virgen María es un modelo de fe para la Iglesia porque al aceptar ser la madre de Cristo dio cumplimiento a todas las promesas de Dios realizadas al pueblo de Israel.

Recordó que María vivió su fe en la sencillez de las miles de ocupaciones y preocupaciones cotidianas de cualquier mamá, como conseguir comida, ropa, ocuparse de la casa.

"María quiere darnos, también a nosotros, ese gran regalo que es Jesús: y con Él su amor, su paz, su alegría. Así hace la Iglesia: no se lleva a sí misma, pequeña, grande, fuerte o débil, lleva a Jesús", indicó.
El Pontífice dijo: "díganles que rezo por ellos, rezo al Señor y la Virgen para que puedan superar positivamente este periodo difícil de sus vidas. Que no se desanimen, ni se cierren, porque el Señor está cerca de ellos, no está fuera de sus celdas sino dentro. También Él es prisionero de nuestro egoísmo, de nuestros sistemas, de tanta injusticia, porque es más fácil castigar a los más débiles mientras los peces grandes nadan libremente en el agua. Ninguna celda está tan aislada como para excluir al Señor".

"Tiene que ser como María cuando fue a visitar a Isabel. ¿Qué le llevaba María? A Jesús. La Iglesia lleva a Jesús: este es el centro de la Iglesia: llevar a Jesús. Si, por hipótesis, alguna vez sucediera que la Iglesia no llevase a Jesús, sería una Iglesia muerta", apuntó.

El Papa Francisco lamentó hoy que los delincuentes poderosos, los "peces gordos", naden libres sin problemas y calificó de injusto que sólo se sancione a los más débiles.

El pontífice hizo esta reflexión al recibir, durante una audiencia en El Vaticano, a un grupo de sacerdotes procedentes de diversas partes de Italia y que se ocupan de la atención espiritual de los encarcelados.

En su mensaje aseguró que lleva en el corazón a todos los detenidos, garantizó sus rezos para que puedan superar positivamente ese periodo difícil de sus vidas y los llamó a no desanimarse ni cerrarse.

"Cuando recibía una carta de uno de ellos en Buenos Aires, los visitaba. Mientras ahora, cuando todavía me escriben los de Buenos Aires, a veces les llamo, especialmente el domingo, y converso un rato", confesó.

"Después, cuando termino, pienso: ¿Por qué él y no yo que tengo tantos motivos para estar ahí? Pensar en esto me hace bien, porque las debilidades que tenemos son las mismas. ¿Por qué él cayó y yo no? Para mí este es un misterio que me hace rezar y me hace acercar a los encarcelados", agregó.

Reconoció que los capellanes de las cárceles saben bien que, para los detenidos, un día todo va bien, pero al otro están tristes, y ese cambio repentino es difícil.

Pidió que les transmitan con los gestos, con las palabras y con el corazón, que "el Señor no se queda afuera de su celda, no permanece afuera de las cárceles, sino que está adentro".

Según el líder católico, Dios también es un encarcelado, incluso hoy, presa de los egoísmos de los seres humanos, de los sistemas y de tantas injusticias, porque "es fácil sancionar a los más débiles, pero los peces gordos nadan libremente en las aguas".

"Ninguna celda es tan aislada como para excluir al Señor, ninguna. Él está ahí, llora con ellos, trabaja con ellos, espera con ellos, su amor paterno y materno llega a todas partes. Rezo porque cada uno abra el corazón a este amor", apuntó.(NTX / EFE)

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