martes, 15 de octubre de 2013

octubre 15, 2013
MÉRIDA, Yucatán, 15 de octubre.- La Fiscalía General del Estado (FGE) esclareció el homicidio registrado el pasado 11 de octubre en el centro de esta capital, tras la captura de R.A.M.G, presunto responsable de la muerte de Felipe Augusto Valencia Bellavista, ultimado a golpes en la cabeza.

Calle 61 No. 551-A x 70 y 72, predio donde vivía y fue ultimado Valencia Bellavista (foto: JMRM)

De acuerdo con el trabajo de investigación que incluye la declaración de testigos y pruebas dactiloscópicas en el lugar de los hechos efectuadas por peritos y agentes ministeriales de la FGE, el móvil del crimen fue el robo, que redituó al victimario la cantidad de 21 mil pesos, tras la venta de los muebles que se encontraban al interior del predio, propiedad del occiso.

Las indagatorias determinan que hace aproximadamente un año, el indiciado conoció a su víctima, a quien saludaba cada que pasaba por su predio, lo que derivó en una amistad que acrecentó acudiendo por las noches a la casa ubicada en el barrio de Santiago, para platicar o jugar a las cartas.

Hace unos meses, el indiciado se quedó sin empleo, por lo que carecía de recursos para cubrir sus necesidades, por lo que hace dos meses acudió a una tienda de muebles usados y antigüedades para vender un farol de hierro, al tiempo de informar al propietario del lugar que un "tío" tenía varios muebles antiguos que pensaba vender.

En el sitio de muebles antiguos, en donde el sujeto dijo llamarse Arturo Solís Valencia, informó que entre los artículos había sillones, sillas, librero, canasto, lámparas, ceniceros, un reloj artesanal, roperos, vitrinas, mecedoras y un juguetero de cristales cóncavos.

De acuerdo a sus planes, el sujeto se presentó el pasado 10 de octubre por la noche en el citado predio, en donde no tuvo problemas para entrar, pues el dueño mismo abrió la puerta, tras pensar que se trataba de una de tantas visitas, al tiempo en que lo invitó a jugar barajas.

Una vez en el sitio, el  indiciado sacó de entre sus ropas un martillo, con el que lo golpeó en la cabeza infiriéndole varias lesiones, hasta que verificó que su víctima dejó de moverse.

Tras privarlo de la vida, lo envolvió en una sábana y lo trasladó a un cuarto de baño que servía a manera de bodega en la parte trasera del predio, para proceder a lavar el piso ayudado de una manguera, para luego abandonar el lugar después de la medianoche.

Ya en su casa, el victimario lavó la ropa que traía puesta, escondió el martillo utilizado y tan pronto amaneció llamó a la casa de antigüedades, a donde se identificó ahora con el nombre de L.G. e informó que ya había decidido vender sus muebles.

Para tal fin se apersonó al predio del occiso, a donde había citado a los de la casa de antigüedades quienes recordaron la plática anterior por lo que preguntaron por su "tío", sobre el que dijo que"falleció el martes de un infarto", al tiempo de añadir que sus familiares habían decido vender los muebles por la cantidad de 25 mil pesos, suma que luego de breve negociación quedó en 21 mil.

Luego de recibir el dinero, el sujeto dijo tener prisa por lo que dejó a los de la tienda de antigüedades embarcando los muebles, momento en el que un vecino del lugar se le acercó a preguntar por qué estaban sacando las cosas de la casa, obteniendo como respuesta que era nieto de don Felipe, que había fallecido de un paro cardiaco, al tiempo de confirmarle que ya había vendido los muebles y haría lo mismo con la casa.

El vecino, que sabía que el hoy occiso no tenía hijos y menos nietos llamó a la policía municipal que, al llegar encontró a los dueños de la tienda de antigüedades con los muebles en la mudanza, quienes jugaron papel importante en las indagatorias que derivaron en la solicitud de orden de aprehensión obsequiada por el juzgado primero penal y cumplida por los agentes ministeriales. (Boletín FGE)