martes, 10 de septiembre de 2013

septiembre 10, 2013
Historias de reportero | Carlos Loret de Mola Álvarez | 10-IX-13

Ser rico en México es que el ingreso de la familia alcance los 40 mil pesos al mes. En muchísimos hogares sólo trabaja la cabeza, sea la mamá o el papá. Quizá con ese dinero esté pagando un coche o abonando para una vivienda propia, apurándose con las colegiaturas y los gastos inesperados. No vive con lujos, no destapa caras botellas de vino ni toma vacaciones excéntricas.

La familia tiene para vivir 40 mil pesos al mes. Y por tanto, según las estadísticas oficiales, es una familia rica. Pertenece al privilegiado grupo del 10% de la población con los mayores ingresos en el país (el decil más alto, según se reporta en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares que elabora el INEGI).

Una familia que ingresa 40 mil pesos al mes comparte grupo con el ingeniero Carlos Slim, el hombre más rico. Él encabeza el decil más alto.

El problema es que en México la miseria y la desigualdad son tales que cuando se divide el país en diez grupos según el nivel de ingresos, la mitad de la tabla —que debería ser la “clase media”— en realidad está en situación de pobreza. Y la naciente clase media mexicana aparece en las estadísticas disfrazada de millonaria.

En esa realidad económica aterriza lo que el gobierno ha llamado la iniciativa de “Reforma Hacendaria y Seguridad Social”.

Nadie en su sano juicio podrá decir que es una reforma que afectaría a los pobres, pero de aprobarse la iniciativa Hacendaria del presidente Peña Nieto continuará resultando muy complicado pagar impuestos, la economía informal mantendrá su estatus de privilegio, los contribuyentes cautivos seguirán siendo los que tengan que pagar más, subirán los impuestos especiales a productos considerados dañinos y la clase media recibirá un golpe en el bolsillo.

Busca no dejar un solo argumento para que sus opositores políticos, marcadamente de izquierda, amplifiquen sus reclamos por las reformas energética y educativa. Es más, recoge muchas de sus banderas históricas:

Olvida la pretensión inicial de gravar con IVA alimentos y medicinas, baja los impuestos a Pemex, ofrece seguro de desempleo, plantea seguridad social a todo mundo, quiere pensión universal y propone más presupuesto a la educación; y todo, cobrando impuestos a las multimillonarias transacciones en bolsa, eliminando la consolidación fiscal de las grandes empresas y aumentando el déficit del gobierno.

Sin embargo, golpearía a la clase media si aumenta el ISR a quienes ganan más de 40 mil pesos al mes y grava tanto las colegiaturas como las hipotecas, y sube la gasolina.

Otra vez, como en sexenios anteriores, la iniciativa de Gran Reforma Hacendaria prometida se quedó en una mega miscelánea fiscal. Una que parece más enfocada en la política que en la economía.

SACIAMORBOS

Corrigen que el senador panista Francisco García Cabeza de Vaca sí se enfermó de verdad y no se “salió al baño” (para hacerle el juego al PRI) a la hora de votar los artículos reservados de las leyes secundarias educativas.

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