Durante su estancia en Yucatán, la Emperatriz Carlota visitó el antiguo Hospital de la Mejorada. Presentóse acompañada del Comisario Imperial don José Salazar Ilarregui.
Engalanóse el Hospital y todo el personal del mismo se vistió de tiros largos; pero los dos practicantes de guardia, que eran republicanos, se quedaron encerrados en su cuarto. Súpolo el Comisario y los hizo llamar a toque de campana. No pudiéndose negar, se presentaron ellos en chancletas y blusa de trabajo.
La Emperatriz se opuso a que fueran arrestados, por lo que don José se limitó a darles una severa reprimenda.
Aquellos jóvenes liberales, que siguieron siéndolo durante toda su vida, se llamaron Marcial Cervera Marrufo y Esteban Cirio Vargas.
Engalanóse el Hospital y todo el personal del mismo se vistió de tiros largos; pero los dos practicantes de guardia, que eran republicanos, se quedaron encerrados en su cuarto. Súpolo el Comisario y los hizo llamar a toque de campana. No pudiéndose negar, se presentaron ellos en chancletas y blusa de trabajo.
La Emperatriz se opuso a que fueran arrestados, por lo que don José se limitó a darles una severa reprimenda.
Aquellos jóvenes liberales, que siguieron siéndolo durante toda su vida, se llamaron Marcial Cervera Marrufo y Esteban Cirio Vargas.
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