domingo, 15 de septiembre de 2013

septiembre 15, 2013
MADRID, 15 de septiembre.- No es la alimentación, no es el ejercicio. Un pequeño organismo, un microbio común de la levadura, ha despertado la curiosidad de un equipo internacional de científicos porque consigue mantenerse siempre joven. El truco, según han descubierto investigadores de la Universidad de Bristol y el Instituto Max-Planck de Biología Celular, Molecular y Genética, consiste en que el afortunado ser rejuvenece cada vez que se reproduce. Los resultados, publicados en la revista Current Biology, proporcionan conocimientos fundamentales sobre los mecanismos del envejecimiento.

El microbio de la la levadura Schizosacchromyces pombe

Si bien el envejecimiento sigue siendo un hecho inevitable de la vida, a diferencia de otras especies, el microbio de la levadura Schizosacchromyces pombe es inmune al paso del tiempo cuando se está reproduciendo y en condiciones de crecimiento favorables.


En general, incluso los microbios que se dividen simétricamente, no lo hacen en dos partes exactamente iguales. Investigaciones detalladas revelaron que hay mecanismos que aseguran que una mitad obtiene material más viejo, a menudo defectuoso, mientras que la otra mitad está equipada con nuevo material totalmente funcional. Como ocurre con los seres humanos, los microbios, en cierto sentido, producen una descendencia que es más joven que el padre.

Más jóvenes que antes

Pero el envejecimiento no es inevitable para el S. pombe. El trabajo recién publicado muestra que este microbio es inmune bajo ciertas condiciones. Cuando la levadura se trata bien, se reproduce dividiéndose en dos mitades en las que ambas heredan su parte justa de material celular viejo. Según explica Tolic Iva, investigador principal del proyecto «cuando ambas células reciben sólo la mitad del material dañado, ambas se vuelven más jóvenes que antes». Al menos en un sentido, el microbio se rejuvenece un poco cada vez que se reproduce.

A diferencia de otras especies, S. pombe puede escapar al envejecimiento, siempre y cuando se divida lo suficientemente rápido. ¿Pero qué ocurre cuando vive en malas condiciones? Para probarlo, los investigadores expusieron la levadura al calor, la radiación ultravioleta y productos químicos perjudiciales, lo que retrasó su crecimiento a un punto en el que los microbios no podían dividirse lo suficientemente rápido para mantenerse jóvenes. Una vez sometidas a estas influencias negativas, las células de levadura comenzaron a dividirse en una más joven y otra más vieja, igual que otras células. Mientras que las células más viejas finalmente murieron, su descendencia sobrevivió el tiempo suficiente para reproducirse, incluso en los entornos más hostiles.

«Es increíble ver que incluso esos organismos simples han desarrollado estrategias tan potentes para sobrevivir», dice Thilo Gross, de la Universidad de Bristol. Los resultados muestran a S. pombe como un organismo interesante que podría servir como modelo para ahondar en la lucha contra el envejecimiento en los seres humanos. (ABC)

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