domingo, 29 de septiembre de 2013

septiembre 29, 2013
ESTADOS UNIDOS, 29 de septiembre.- La idea de hacer la serie surgió de una broma: mientras Vince Gilligan, guionista de Los expedientes secretos X durante ocho años, conversaba con su ex compañero de trabajo Tom Schnauz, estando ambos cesantes, este último sugirió que ambos deberían dedicarse a cocinar metanfetamina en la parte trasera de una casa rodante y recorrer el país preparándola y ganando dinero.

Póster aficionado por Maaz Khan (mconpictures.com)

Breaking Bad había nacido y con ella la premisa: un profesor de química (Bryan Cranston) que tras ser diagnosticado con cáncer de pulmón terminal decide comenzar a producir metanfetaminas junto a un ex alumno (Aaron Paul) para dejarle dinero a su familia. También significó la búsqueda de Gilligan por contar la historia de un personaje normal que se transformaría en el antihéroe. En plena era de oro de la televisión, donde el villano era un protagonista atractivo (Los Soprano y Dexter), Gilligan apostaba por mostrar la evolución del personaje, sin imaginarse que la creciente audiencia se convertiría en fan incondicional de Walter White, aunque en su travesía se transformara en un asesino despiadado y narcotraficante internacional. La intención del creador: “Transformar Mister Chip (el adorado profesor de Adiós, Mr. Chips) en Caracortada (el líder de un cartel de drogas interpretado por Al Pacino)”.

“Cuando comencé a leer el guión, eso fue lo que me sorprendió. Pensé: ‘Tony Soprano, Dexter, Vic Mackey. Cuando los conocemos, ellos ya eran esa clase de persona. No estoy seguro de que esto haya pasado antes”, contó Bryan Cranston, quien interpreta al profesor Walter White y que por su rol tiene el récord de haber ganado el Emmy tres años consecutivos.

Reciente ganadora del Emmy a mejor serie dramática -haciéndose justicia tras cinco años-, Breaking Bad termina hoy en Estados Unidos su quinta y final temporada convertida en un fenómeno gracias a sus récords de rating, presencia en redes sociales y por ser catalogada por la crítica como una de las mejores series de la historia, junto a Los Soprano y The wire, como apuntó Entertainment Weekly.

Pero antes de los premios y el éxito, la historia no fue fácil de vender. De hecho, HBO no le respondió siquiera a Gilligan sobre el proyecto y para cuando se había llegado a un acuerdo con FX, la cadena optó por no grabar el episodio piloto, pues no querían transformarse en el canal de los antihéroes, que ya transmitía The shield, Rescue me y Nip/Tuck. En cambio, se quedaron con Dirt, de Courtney Cox, que duró dos temporadas. Pero el canal de cable básico AMC salió al rescate de la serie, que por la huelga de guionistas tuvo una primera temporada de sólo siete episodios, que se estrenó en enero de 2008 en Estados Unidos. El costo del capítulo fue de US$ 3 millones, por sobre el promedio de inversión. El rating: 1,3 millones de espectadores. “En estricto rigor, nos deberían habernos cancelado”, explicó Gilligan, pero el fenómeno del boca a boca se transformaría en el elemento clave de evolución de la ficción.

Después del Emmy del domingo pasado, Gilligan compartió con la prensa su teoría de la importancia de los sistemas de streaming al momento de atraer nuevas audiencias al programa. “Creo que Netflix nos mantuvo en el aire. No sólo estamos acá parados (con el premio de la Academia), creo que el programa no hubiera durado más allá de la segunda temporada... Es una nueva era en la TV y hemos sido afortunados de lograr beneficios de ello”, dijo en la conferencia.

Y al revisar los rating del segundo ciclo que se estrenó en marzo de 2009, la premisa parece cierta, pues en EE.UU. bordeó el millón de espectadores en casi todos sus episodios, salvo el primero que logró 1,6. El tercer ciclo debutaría con casi dos millones. El cuarto seguiría esta ruta, pese a que la fecha de estreno se aplazó a agosto debido a los problemas que tuvo AMC en la negociación con Matthew Weiner, creador de Mad men para el presupuesto del programa.

Pero nada prepararía al elenco y guionistas para el sideral aumento de audiencia en la quinta temporada, que se transmitió en dos partes. La primera (en 2012), bordearía los tres millones y el penúltimo episodio de la segunda marcó el récord de 6,84. Para hoy domingo se espera no sólo un nuevo récord, sino también un capítulo que puede ingresar a la historia como uno de los mejores finales, como proyectó Variety.

El Twitter, el programa es Trending Topic hasta dos días de su emisión los días domingos, incluso en Chile. En YouTube, la página Screen Junkies realizó su primer trailer de una serie sobre Breaking Bad, haciendo un paralelo entre el fanatismo que genera la ficción con la adicción de las drogas que muestra, pues sus seguidores insisten en convencer a sus amigos de que deben verla, pues se trata de lo mejor que les puede pasar. El video, en un mes, ha sido visto por más de un millón 600 mil personas. Y los late shows de Estados Unidos han tenido al elenco como invitados estelares estas dos semanas, con Jimmy Fallon incluso haciendo una parodia del programa con él como Walter White. Tanto Cranston como Aaron Paul son parte del sketch.

Otro factor de peso es la crítica, que apoyó la serie desde su inicio y obtuvo el nombre de “la mejor serie que no estás viendo”. Los recuentos de capítulos son parte fundamental de sitios como Entertainment Weekly y Vulture, cuyos análisis comenzaron a construir una iconografía similar a la que años atrás tuvo Lost, basada en los colores que utilizan los personajes, el uso de espejos y referencias cinematográficas. Vince Gilligan la ha definido en varias oportunidades como un western y no hay género que funcione mejor para narrar la historia de un hombre solitario e incompleto, que debe hacer el trabajo sucio que otros no están dispuestos a realizar. (Con información de Sol Márquez T. para La Tercera)