lunes, 23 de septiembre de 2013

septiembre 23, 2013
ESTADOS UNIDOS, 23 de septiembre.- 'Breaking Bad' se presenta al final del camino. Cuanto más se ha desviado el recorrido hacia la mentira y el delito, más lejana queda una salida honrosa y más desesperado se aventura el desenlace. Un avanzado cáncer de pulmón convirtió a un apocado profesor de química en un resuelto narcotraficante del negocio de la metanfetamina; todo para cubrir las necesidades de su familia, pero sin contar con su apoyo; el despotismo, en un viaje sin retorno que ahora está a punto de concluir.


El personaje de Walter White afronta la última tanda de capítulos de la quinta temporada de la mejor serie dramática, según el veredicto de los Emmy. Bryan Cranston, el actor que lo encarna, habla con ELMUNDO.es antes del estreno en España de estos episodios definitivos, desde el 8 de octubre en Paramount Comedy. Anoche, AMC emitió en EEUU el penúltimo capítulo. El próximo domingo, se acabó...

La voz del actor Bryan Cranston y el peligro que acecha a su personaje coinciden en la gravedad: "Es gracioso, porque su primera decisión, de utilizar sus conocimientos científicos para fabricar droga, la toma por su familia, para poder dejarles algo. Pero después se da cuenta de que le gusta. Siente una seducción que lo conquista, una seducción por el poder que muchos otros hombres también sentirían (...) Así surgen sentimientos como el ego. Ser capaz de intimidar a otro hombre es algo muy poderoso, y este tío, Walter White, nunca ha sentido esas cosas antes".

La trama principal de 'Breaking Bad', que se puede traducir por algo así como 'echándose al monte', ha llegado aparentemente a un punto de no retorno. "Será un final terrible dependiendo del punto de vista. Pase lo que pase es bienvenido. Lo que puedo decir es que creo que los fans van a estar muy satisfechos con cómo acaba la serie. Es un final muy apropiado, muy 'Breaking Bad', nada sensacionalista. Es un final muy explosivo. Me puse muy contento cuando lo leí", avanza Cranston.

Las indicaciones para que Walter White halle solución a sus problemas parecen remotas a estas alturas de la partida, tal y como señala Cranston: "La idea de que va a ver una luz y va a ser perdonado... no va a ocurrir. Está en un punto muy avanzado de la carretera para encontrar la redención", cree el actor, que pasa de Walter White a Heisenberg cuando se coloca el sombrero de la fotografía y deja aflorar tanto la confianza en sí mismo como la falta de escrúpulos con respecto al prójimo.

"Todos podemos llegar a ser monstruos. Algunos criminales alegan locura transitoria. Eso le pasa a Walter White y le puede ocurrir a cualquiera. Hay ciertos elementos de tu vida que, en un estado de desesperación, te hacen pasar a un estado de locura transitoria en el que actúas de una manera completamente distinta. La manera de ser de Walter White descarrila totalmente por las circunstancias", reflexiona este actor.

El profesor de química de apariencia tontaina se convirtió en un narcotraficante despiadado, como si hubiera aplicado en su carácter uno de sus experimentos. Cranston ha acentuado esa transformación con sus recursos interpretativos: "Walter White no tenía una buena postura: se cargaba de hombros como si el mundo pesara sobre él por la angustia, la frustración y la humillación de ser profesor y a la vez tener que trabajar en un túnel de lavado. Su pelo no estaba cuidado y tenía sobrepeso. Ni siquiera le importaba su aspecto. Lentamente se convierte en más y más poderoso, su confianza aumenta y camina más erguido. Como Heisenberg, está más recto, mira a la gente a los ojos. La voz se vuelve más grave", detalla el actor mientras cambia de tono, ya de por sí profundo.

Cranston, californiano de 57 años, se dio a conocer gracias al papel del entrañable padre de familia de la serie 'Malcolm in the Middle', que le valió un Emmy en la categoría de reparto –a raíz de 'Breaking Bad' ya atesora tres como mejor actor dramático protagonista-. Su trayectoria cinematográfica incluye 'Little Miss Sunshine' (2006), 'Drive' (2011) y 'Argo' (2012). Walter White le suelta la mano a Cranston en lo más alto de su carrera. ¿Vértigo? "Acabar con 'Breaking Bad' se parece a la muerte: puedes llorar, pero también tienes que celebrar la vida que has vivido, y así elijo verlo". Siempre quedará el discreto logotipo de la serie que se tatuó en uno de sus dedos con motivo del final de rodaje.

Esta temporada ya ha logrado distinguirse como el mejor curso de la Historia de la ficción seriada, según el cómputo de la puntuaciones de la crítica. La industria de la televisión, claro, no quiere renunciar a un producto tan adictivo como 'Breaking Bad'. La serie finaliza, pero uno de los personajes, el abogado chanchullero Saul Goodman que interpreta Bob Odenkirk, liderará una 'precuela'. Mientras, avanza 'Metástasis, calco con actores latinos de la serie norteamericana de Vince Gilligan'.

Bryan Cranston ve con buenos ojos esa adaptación en español, que ya se rueda en Colombia. "Si las audiencias jóvenes hispanoparlantes se conectan a la versión hispana de 'Breaking Bad', posiblemente se interesen en retroceder, hacer una investigación y recuperar la versión en inglés; también viceversa, la audiencia americana puede que sienta curiosidad por ver la adaptación en castellano. Es fantástico y sirve de ayuda en ambos casos. Tengo muchas ganas de verla".

Walter White ha entrado en una lista con sólo un puñado de nombres, como los de Tony Soprano y Don Draper. Aunque se despida, en Albuquerque (Nuevo México), la localidad en la se ambienta esta serie con ramalazos de 'western', las tiendas seguirán ofreciendo como 'souvenir' metanfetamina azul de pega. El público se prepara para sufrir el mono. Cranston lo advierte: "No sólo nosotros tenemos que superar el fin de 'Breaking Bad'; también los fans. Lo hemos visto ya. Entre una y otra temporada se vuelven locos y no paran de preguntar: '¿Ay, Dios mío, qué va a pasar?'". (Eduardo Fernández para El Mundo)

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