domingo, 4 de agosto de 2013

agosto 04, 2013
Juan Pablo Villanueva

En los últimos días hemos visto al gobernador del Estado y al secretario de Salud enfocados en dotar de infraestructura a los grandes hospitales del estado. El hospital general O’horán, con su nueva torre 2; el Hospital General de Ticul, con su equipo de ultrasonido doppler; la jurisdicción sanitaria 3, con 2 cámaras frías para la conservación de biológicos; unas jornadas médicas por el VIII aniversario del Hospital Infantil Corea-México, visita al hospital psiquiátrico del estado, entrega de ambulancias y equipamiento de combate al dengue y recientemente el inicio del programa “Salud en tu dependencia”, que se celebró el 11 de julio justamente a 50 metros del Centro Dermatológico de Yucatán, al que hago referencia como usuario consuetudinario por el apoyo que he recibido ahí. Son ampliamente conocidas las “colas” para lograr una ficha en cualquiera de los dos turnos, los pacientes solemos comunicarnos, pues desde las 4 a.m. hasta las 8 a.m. cuando somos atendidos, tenemos tiempo suficiente para hablar de las bondades y grandes defectos que tiene el centro dermatológico.


Decimos: falleció un médico, otro pidió licencia, otro vacaciones, no hay enfermeros suficientes, no hay equipo, no hay material. Susurramos: “Seguro no habrá fichas hoy”, “Regresamos mañana”, “De la piel no me voy a morir”, “No tengo cáncer de piel”, “Sólo son manchas”. Y entonces pocos nos quejamos y exigimos que el gobernador y el secretario de Salud crucen la calle y visiten las instalaciones y al personal de ese centro y vean en la piel (incluso su piel) de manera diferente y enferma para también incluir a ese Centro dentro de sus planes.

La mayoría de los usuarios son del interior del estado, no conoce la palabra internet; la mayoría ni siquiera sabe que tiene derecho a la salud que le otorga la constitución que el gobernador juró guardar y hacer guardar. Yo sí, y muchos también, pero yo sin tapujos digo que ese centro se encuentra en el total abandono, los últimos tres gobernadores no han pisado suelo dermatológico.

Un Centro Dermatológico suele hacer, entre otras cosas, investigación, tratamiento, medicación y publicación para hacerse de reconocimiento nacional y mundial. Los políticos, dice mi madre, nunca entienden a palabras: en el siglo XIX a balazos, en el XX a periodicazos, en el XXI, ¿cómo? ¿Qué hace falta? Paisano mío, Rolando Zapata Bello, se ha pasado usted la mayoría de su gestión firmando leyes (como es su costumbre) y dejando las otras secretarías a medias, inconclusas e invisibles. La salud va mucho más allá de llenar de infraestructura las instalaciones; es fácil construir hospitales, pídase un crédito a nombre del gobierno del Estado a Banorte y haga 10, 20 si quiere, los yucatecos existiremos siempre y tendremos tataranietos para pagar ese crédito. O mejor, llene los que ya están construidos con médicos de la talla del CIR Dr. Hideyo Noguchi, por citar algún ejemplo rápido.

Asegúrese de que médicos capacitados, certificados, miembros de sus academias nacionales estén dando las consultas que los yucatecos merecemos. Básese en los índices nacionales de mortalidad, en la Ensanut 2012, en las incidencias de ETS/VIH, dengue, diarreas, infecciones de vías respiratorias, tasas de natalidad, mortinatos, mortalidad. ¡Vaya! ¡Infórmese! O las próximas elecciones vote usted por un médico o educador, que seguro estoy firmará menos leyes, pues tiene muchas ya qué cumplir, y se enfocará en los dos grandes rubros que llevarán a este estado (y país) al lugar mundial que merece. P.D.

No respondí la pregunta de cómo me haría caso un político en el siglo XXI porque no la sé, pero la encontraré y espero sea con las palabras “diálogo” y “confrontación”.  Juan Pablo Villanueva; jpvillanueva69@gmail.com; @jpvillanueva69  Mérida, Yucatán

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