viernes, 2 de agosto de 2013

agosto 02, 2013
CIUDAD DE MÉXICO, 2 de agosto.- Acumulación de gas metano, presencia de sedimentos solventes y una chispa de origen eléctrico, fue la causa y origen de la explosión en la Torre B2 del Complejo Administrativo de Pemex.

En un comunicado, la Procuraduría General de la República (PGR), dio a conocer el peritaje de las causas de la explosión del pasado 31 de enero, que dejó un saldo de 37 personas muertas y 101 heridos.

De acuerdo con la dependencia federal, la explosión tuvo un carácter multifactorial, según los resultados de la investigación en la que intervino el Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En el documento, la PGR señala que del análisis geológico se comprobó la existencia de sedimento impregnado de hidrocarburos de por lo menos 80 años atrás.

La cuarta causa, o tal vez la única causa, es la negligencia criminal de los responsables del área. (clic a la infografía)

“Diversas capas de sedimento impregnado de hidrocarburos procedentes ya sea por derrames de los depósitos de combustible de la Huasteca Petroleum Company, que hasta los años treinta estuvo situado en dicho predio, o del depósito de almacenamiento de hidrocarburos del servicio público del Distrito Federal, inmueble que también se localizó en esa ubicación”.

Además del hidrocarburo, abunda, se comprobó la presencia de materia orgánica de diferentes capas de subsuelo, que contienen microorganismos –anaerobios- productores de metano, los que se desarrollaron en condiciones óptimas.

“Al estar éstos en contacto con los hidrocarburos, se potencializó su crecimiento y reproducción, lo que se confirmó con base en los estudios de ADN de dichos microorganismos”.

En el lugar también se halló presencia de solventes que eran utilizados para el mantenimiento, así como la administración de conexiones eléctricas, “las cuales generaron vapores, que en combinación con el gas metano produjeron una mezcla explosiva”.

Explicó que el metano, al ser más ligero que el aire, se confinó en la parte superior de los casetones ubicados en la zona de pilotes, que al ser un lugar cerrado y sin ventilación, favoreció su depósito y nula difusión.

Los análisis confirmaron también la presencia por filtración de emisiones continúas de gas metano en la zona de cimentación y por el sistema de drenaje del edificio.

Recuerda que peritos de la PGR hallaron en los sótanos del inmueble elementos de origen eléctrico para la ignición: una extensión de cable de luz, una lámpara y una clavija.

“El orden de eventos se sumaron una serie de particularidades que dieron origen a la explosión del área suroriente del sótano del inmueble, en primer lugar la presencia del metano de origen biológico acumulado a lo largo del tiempo, según lo informa el Instituto de Geología de la UNAM y los vapores provenientes de los materiales solventes que en un espacio confinado, se generó un elemento de ignición causando el estallido”, indicó a modo de conclusión.

Agregó que “la explosión fue de tipo difuso, que se inició con una chispa de origen eléctrico o mecánico generando un flamazo de forma instantánea que consume en su totalidad la mezcla explosiva (de vapores y gas metano) presente en la zona de pilotes aumentando la temperatura y presión ocasionando quemaduras en los tres empleados que se encontraron en la zona de pilotes para por último fracturar, romper y proyectar la losa de cimentación, y a causa de la onda expansiva, se continúan rompiendo y proyectando las losas con efecto de abombamiento en los diferentes niveles del área del siniestro”.

Finalmente, la dependencia indicó que ha tomado las medidas necesarias para instalar sistemas de ventilación a fin de evitar futuras acumulaciones de gas. (El Economista)

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