MOSCÚ, 13 de julio.- La situación legal de Edward Snowden, un día después de anunciar que pedirá asilo temporal a Rusia, sigue siendo la misma: fugitivo indocumentado, oficialmente, en la zona de tránsito internacional del aeropuerto Sheremetyevo de Moscú.
Todo indica que las autoridades rusas no tienen prisa en otorgar el asilo, sobre todo después de la llamada telefónica del presidente Barack Obama a su colega Vladimir Putin, el viernes muy tarde por la diferencia de horas, en la cual reiteró su petición de entregar a Snowden.
Poco antes, al término del encuentro que el experto en computación mantuvo ayer con 13 representantes de organizaciones no gubernamentales, diputados de la Duma y abogados, un vocero de la Casa Blanca manifestó: "Ofrecer una plataforma de propaganda a Snowden iría en contra de declaraciones anteriores del gobierno ruso sobre la neutralidad de Rusia y también es incompatible con las afirmaciones rusas de que no quieren que el señor Snowden provoque más daños a los intereses estadunidenses”.
Pero precisamente por este tipo de presiones, Rusia no va a extraditar a Snowden, a menos que éste incumpla la condición de Putin y haga nuevas revelaciones desde el territorio ruso.
Es probable que el Kremlin quiera agotar los tiempos que se lleva una solicitud de asilo normal, entre dos y tres semanas, sin recurrir a las excepciones que dependen sólo de la voluntad del jefe de Estado.
El canciller Serguei Lavrov señaló hoy sábado que el Ministerio de Relaciones Exteriores "no mantiene contacto con Edward Snowden. (…) Para obtener asilo político la legislación rusa establece unos requistos, el primero de los cuales es presentar la solicitud correspondiente en el Servicio Federal de Inmigración (SFI)".
El director del SFI, Konstantin Romanovsky, aseguró no tener ninguna solicitud de asilo de Snowden, lo cual es explicable por ser sábado.
El presidente de la Cámara baja del Parlamento ruso, Serguei Naryshkin, declaró que Rusia debe dar asilo a este "defensor de derechos humanos que actúa en favor de millones de personas en todo el mundo".
Entretanto, Rusia gana tiempo y confía en que la indignación de Estados Unidos baje de intensidad. (La Jornada)
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