miércoles, 24 de julio de 2013

julio 24, 2013

Refiere el famoso Mr. Stephens que en su viaje a Yucatán en 1841 se alojó en Mérida con el Dr. Cabot y el dibujante Mr. Catherwood, sus compañeros, en una casita del barrio de San Cristóbal. Llegó el día 1 de noviembre, y una vecina muy amigable les obsequió un enorme mucbi-pollo de seis pulgadas inglesas de espesor y tan sólido, que no pudieron partirlo, por lo que lo enterraron en el patio.

Y cuando al día siguiente vino la vecina a visitarlos y ellos, por señas y con las pocas palabras que sabían de español, le daban las gracias y afirmaban que había estado muy sabroso, se presentó en la sala un perro arrastrando el malhadado obsequio. 

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