miércoles, 24 de julio de 2013

julio 24, 2013
Historias de reportero | Carlos Loret de Mola Álvarez | 24-VII-13

Michoacán es el examen de seguridad para Enrique Peña Nieto. Fue en su momento para Felipe Calderón y no lo aprobó. El ex presidente inició ahí la guerra contra el crimen organizado. Era su tierra. Se la encomendó a Genaro García Luna, su hombre de confianza, su padawan, decían un poco burlándose algunos fanáticos de La Guerra de Las Galaxias encumbrados en el gabinete panista del sexenio anterior.

Por momentos, Michoacán parecía tranquilizarse, pero fueron ilusiones temporales. De fondo, los cárteles siguieron dominando el estado, con bastiones notables en la ciudad de Apatzingán y el puerto de Lázaro Cárdenas.

Michoacán es, al arranque de la administración Peña Nieto, el lugar más peligroso del país. Es un narcoterritorio donde tiene más mando el crimen organizado que el gobierno federal. No se diga las autoridades estatales o municipales.

Al arranque del programa de seguridad encomendado al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, se prometió un despliegue de policías federales para combatir con más fuerza a los delincuentes. Según la contabilidad del gobierno del estado, endosado al interino Jesús Reyna, apenas llegaron la mitad de los elementos del cuerpo que encabeza el comisionado nacional de Seguridad, Manuel Mondragón. Parece que los datos fueron ratificados por la Secretaría de la Defensa Nacional.

El resultado ha sido adverso para el Estado, marcadamente en la actual coyuntura:

Ayer, por segundo día en una semana, se reporta en los periódicos ataques contra la Policía Federal que han dejado tres agentes muertos y seis heridos. El Ejército está intentando controlar la situación.

Además, en Los Reyes, Michoacán, los colegas periodistas informaron que un grupo de autodefensa se manifestó contra el cártel de Los Caballeros Templarios, quienes respondieron a balazos hasta matar a cinco y dejar a 10 heridos.

El secretario de Gobernación, Osorio Chong, dijo que fue una reacción a la presencia oficial, mientras se complica el asunto, pues trascendió que después de la balacera encontraron casquillos dentro de la presidencia municipal, donde estaban atrincherados los policías de la localidad, quienes se supone que no dispararon… ¿entonces?

La situación está complicadísima en Michoacán. Se sabe que es la prioridad del gabinete de seguridad. Veremos si pasan el examen.

SACIAMORBOS

Cuatro renuncias de editorialistas del más alto nivel en el mismo periódico que hace rato dejó de respetar los valores con los que irrumpió exitosamente en el medio de los medios. En un caso se denunció censura. En otros tres sólo cortesía en las despedidas, quizá con algún mensaje encubierto en uno de los temas elegidos para decir adiós. En diciembre pasado, un director editorial dejó el mismo periódico porque le habían exigido “trato preferencial” al magnate. No pocos reporteros están incómodos porque hace un año les pedían “lo que fuera” contra un político en campaña y ahora pura nota positiva sobre el personaje.