martes, 9 de julio de 2013

julio 09, 2013
Pedro Echeverría V.

1. Hoy lunes no escucharé noticias; después de 50 años de escuchar lo mismo en lo electoral, me se de memoria las acusaciones, tonterías y cinismos de los políticos. Antes sabíamos todos que el PRI obtendrían el 95 por ciento de los cargos; hoy sabemos –con excepción de los ilusos que votan- que los cargos se dividirán entre el PRI, PAN, PRD que son exactamente lo mismo. Es decir, antes era un solo partido el que se quedaba con todo; hoy es una clase política que funciona igual que el PRI que dominó durante siete décadas. No son las mismas personas; sus partidos tienen nombres diferentes, pero gobiernan, engañan, roban igual, permutan cargos, se enriquecen, sean hombres, mujeres, jóvenes o viejos; e sea, están hechos con la misma pasta y la misma ideología.

2. Se llamaba antes presidencialismo y corporativismo, hoy se llama “Pacto por México”. Antes el presidente y su equipo lo decidía todo; hoy éste como que “se hace tonto”, como que “no interviene”, pero le impone a los partidos –por medio del PRI- todo todas sus políticas. Los partidos (PAN, PPS, PARM y muchos más de izquierda y derecha) que antes sólo eran subsidiados ampliamente por el gobierno, hoy además del subsidio multimillonario, les otorgan diputaciones, senadurías, gubernaturas, televisión y radio. ¿Qué el pueblo vota y decide? Es un decir que provoca mucha risa, porque con tantos millones de pesos que se dilapidan en las elecciones, un desempleo y hambre permanente, los votos se inducen, se compran y se venden con enorme facilidad. Después de las elecciones las cosas continúan igual de pactadas.

3. ¿Qué quien ganó en California, Zacatecas o Quintana Roo? Depende del partido que te manipule o los medios de información que consultes. Es lo mismo que preguntar si los presidentes Salinas y Zedillo del PRI fueron tan malos y peores que los presidentes Fox y Calderón del PAN. Yo creo que moriré invicto: sin haber votado nunca; pero pienso que tampoco lo hace la CNTE, el EZLN, la gente de Sicilia y los radicalizados de izquierda. Y no es que sea malo votar; lo que sucede es que es tan evidente que en México sigue el 70 por ciento de la población en la miseria, que los partidos son sectas que se sirven así mismos, que los millonarios se hacen más ricos, que los servicios de salud, educación y vivienda están cada vez en peores condiciones, que votar es contribuir a que las cosas continúen igual. ¿Para qué entonces sirven los procesos electorales?

4. Y no se trata solamente de nulificar los votos o de anularlos votando por un perro, un gato o un cerdo; lo importante es llegar a la convicción de que con votar no se soluciona absolutamente nada mientras el pueblo no tenga conciencia o conocimiento de lo que sucede en el país, mientras no piense que todos los políticos y partidos sólo buscan realizar negocios y que el pueblo lleva un siglo votando para que las cosas sigan igual. Muchos incluso dicen que –dada la situación económica de hambre del pueblo- vale más recibir cien pesos, una despensa o un saco de cemento del PAN, del PRI, del PRD, que no recibir nada a cambio del voto. Y lo grave es que esta práctica lleva muchas décadas y parece que perdurará mucho más tiempo. ¿Se olvida para qué sirve gastar miles de millones de pesos en elecciones y en medios de información?

5. ¿Qué carajos le importa al pueblo el partido que haya ganado o perdido las elecciones? Obvio muchos viven con la promesa política y la esperanza de que su hijo obtenga un trabajo en el gobierno, en la burocracia, o logre una beca para la escuela; otros tienen la esperanza de que les construyan una carretera, un parque o le suban un peso a los jornales. Así con esas esperanzas pasan las décadas, las generaciones y los siglos los habitantes de los pueblos sin ver y sin luchar porque sus vidas de explotados y oprimidos cambien. En tanto los políticos en México –con un enorme cinismo- cambian de un cargo a otro manteniéndose en el aparato de poder de 10 a 50 años y cobrando lo equivalente a 200 veces el salario medio de un trabajador. Pero los procesos electorales siguen vivitos y coleando por la dilapidación de un gran presupuesto público.

6. Los que hoy vivimos, en 100 años o menos ya estaremos muertos. No nos dará vergüenza que una ínfima minoría de poderosos ricos nos haya oprimido y aplastado a pesar de que somos el 90 por ciento de la población que se los podría deglutir de un bocado. ¿O será que un siglo sean pocos años para alcanzar nuestra liberación? No sé qué harán China, India, Brasil, Rusia, frente al imperio de los EEUU y los países europeos; no sé si los musulmanes se dejarán aplastar por occidente; no se si la carrera nuclear continúe o si el mundo se destruirá por la contaminación atmosférica provocada por los grandes países. Lo que me da risa y coraje es que sigamos metidos en entretenimientos electorales creados por las clases dominantes y los medios de información. ¿Qué pasó con los demás grupos de izquierda que han dejado a la CNTE solitario en las calles? (8/VII/13)