lunes, 22 de julio de 2013

julio 22, 2013
RÍO DE JANEIRO, 22 de julio.- El papa Francisco llegó hoy a Río de Janeiro para presidir la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud y en su primer acto con las autoridades brasileñas dijo que no trae "ni oro ni plata, sino lo más valioso, Jesucristo", a la vez que afirmó que la juventud es "el ventanal por donde entra el futuro en el mundo".

"No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso: Jesucristo. Vengo en su nombre para alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón y deseo que llegue a todos y a cada uno mi saludo. La paz de Cristo esté con vosotros", afirmó Francisco en la ceremonia de bienvenida ante la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en el palacio de Guanabara.

La multitud impedía avanzar al coche del Papa. (EFE) (clic a las imágenes)
El pontífice agregó que su visita a Brasil va más allá de las fronteras, ya que se debe a la celebración en Río de Janeiro de la JMJ y su deseo de encontrarse con los jóvenes de todo el mundo, "que hablan idiomas diferentes, pertenecen a culturas diferentes y sin embargo encuentran en Cristo las respuestas a sus más altas y comunes aspiraciones y pueden saciar el hambre de una verdad clara y de un genuino amor que los une por encima de cualquier diferencia".

"Cristo les ofrece espacio, sabiendo que no puede haber energía más poderosa que la que brota del corazón de los jóvenes cuando son seducidos por la experiencia de la amistad con Él. Cristo tiene confianza en los jóvenes y les confía el futuro de su propia misión. Id y hacer discípulos, vayan más allá de las fronteras de lo humanamente posible y creen un mundo de hermanos", señaló

Pero los jóvenes -agregó en su discurso en portugués- tienen confianza en Cristo, "no tienen miedo a arriesgar con Él la única vida que tienen, porque saben que no serán defraudados".

Decenas de jóvenes han rodeado el coche gris en el que se trasladaba el Papa impidiendo avanzar al automóvil en muchos tramos. (ansa)

Francisco manifestó que sabe que dirigiéndose a los jóvenes habla también a sus familias, comunidades eclesiales y naciones de origen, "a los hombres y mujeres de los que depende en gran medida el futuro de estas nuevas generaciones".

"La juventud es el ventanal por el que entra el futuro en el mundo y por tanto nos impone grandes retos. Nuestra generación se mostrará a la altura de la promesa que hay en cada joven cuando sepa ofrecerle espacio, tutelar las condiciones materiales y espirituales para su pleno desarrollo, darle una base sólida sobre la que pueda construir su vida", subrayó.

También pidió a los adultos que garanticen a los jóvenes la seguridad y educación, le transmitan valores duraderos "por los que vale la pena vivir", le aseguren un horizonte trascendente "para su sed de auténtica felicidad y su creatividad en el bien" y le dejen en herencia un mundo que corresponda "a la medida de la vida humana".


Sonrisa abierta del Papa a su llegada a Brasil para participar en la Jornada Mundial de la Juventud. Se trata de su primer viaje internacional y se está viviendo como una visita histórica. (AP)

El papa Bergoglio añadió que hay que despertar en los jóvenes las mejores potencialidades para que sean "protagonistas de su propio porvenir y corresponsable del destino de todos".

Francisco resaltó en su discurso que la providencia ha querido que su primer viaje internacional sea a América Latina, de donde viajó a Roma para el cónclave en el que salió elegido papa el pasado 13 de marzo y destacó que además sea a Brasil, el país con el mayor número de católicos en el mundo, casi 165 millones.

Agradecido por la acogida, el papa argentino señaló: "He aprendido que para tener acceso al pueblo brasileño hay que entrar por el portal de su inmenso corazón, permítanme pues que llame suavemente a esa puerta. Pido permiso para entrar y pasar esta semana con ustedes".

El papa Bergoglio abrazó a toda la nación brasileña, "desde la amazonía a la pampa, desde las regiones áridas al pantanal, desde los pequeños pueblos hasta las metrópolis, que nadie se sienta excluido del afecto del papa".

Recibimiento multitudinario
Una multitud recibió hoy al papa Francisco en el centro de Río de Janeiro, ciudad brasileña a la que el pontífice llegó para una visita de una semana, en la que participará de la Jornada Mundial de la Juventud.

Miles de personas acudieron a las calles del centro de la ciudad por donde Francisco pasó en un papamóvil abierto en los laterales y en la parte de atrás, aunque con protección en la parte superior, desde el que saludó al público e impartió bendiciones.

El Papa ha recorrido las calles de Río de Janeiro en un papamóvil abierto por los lados y en la parte trasera. (Reuters)

El recorrido en papamóvil por el centro no estaba previsto en la agenda oficial del Pontífice, pero el Vaticano anunció el viernes que el deseo de Francisco era saludar a la población desde su primer día en Río de Janeiro.

El recorrido fue definido en pocas horas, así como la logística de seguridad para un trayecto por una decena de calles, y el acto atrajo a una verdadera multitud, pese a que tan sólo fue anunciado hace dos días, impidiendo avanzar al automóvil en muchos tramos.

El argentino Francisco, primer Papa latinoamericano, muy sonriente y haciendo señales con las manos, llegó a besar en la cabeza a algunos niños que sus guardaespaldas le acercaron.

El papamóvil hizo un circuito corto entre la catedral de San Sebastián y el Teatro Municipal, durante el cual recibió una lluvia de confeti desde los pisos más altos de numerosos edificios de oficinas.

La afluencia de fieles en las calles de Río ha puesto a prueba a la seguridad del Papa. (Reuters)

Los fieles, principalmente peregrinos de diferentes ciudades brasileñas y de varios países vecinos vistiendo las camisetas verdes, amarillas y rojas repartidas por la organización, tomaron las calles desde temprano para poder saludar al Pontífice.

El papamóvil pasó por emblemáticas edificaciones de Río de Janeiro como las modernas sedes de la petrolera Petrobras y del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, por el Museo de Bellas Artes, por la plaza de Cinelandia y por la sede del concejo municipal.

Francisco llegó hasta la catedral de San Sebastián en un vehículo blindado al que subió en el aeropuerto de Río de Janeiro, donde fue recibido a las 16.00 hora local (19.00 GMT) por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.

El pontífice abrió la ventana del vehículo blindado que le transportó desde su salida del aeropuerto de Río de Janeiro para que las personas pudieran observarle y para saludar a quienes vieron pasar la comitiva, incluso en una zona de favelas.


Los jóvenes fieles que llegaron a Río de Janeiro para la Jornada Mundial de la Juventud han invadido la playa de Ipanema con cantos, oraciones y banderas del Papa Francisco, ante bañistas y turistas sorprendidos. (AFP)

Casi al final del recorrido hasta la catedral, la comitiva papal entró a los carriles de una autopista que había sido bloqueada, por lo que prácticamente quedó parada cinco minutos junto a cientos de vehículos y a una multitud que quería aproximarse al Pontífice.

Los policías que corrían junto al vehículo papal tuvieron numerosos problemas para apartar a los más animados, algunos de los cuales llegaron a tocar la mano del Pontífice.

Francisco saluda a la multitud desde el papamóvil en el recorrido que le llevará al palacio de Guanabara.(AFP)

Tras su paseo en papamóvil por el centro de Río de Janeiro para poder saludar a la población, Francisco se dirigió al Palacio de Guanabara, la sede de la gobernación de Río de Janeiro, para la ceremonia protocolaria de recepción y para un primer encuentro privado con Rousseff.

El Papa llegaba hoy a Río de Janeiro poco antes de las nueve de la noche, hora española, en su primer viaje internacional para una visita de una semana y para participar en la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

El avión de la compañía Alitalia en que viajó el pontífice, un Airbus A330, aterrizó en la Base Aérea del aeropuerto Antonio Carlos Jobim de Río de Janeiro casi veinte minutos antes de lo previsto, tras haber recorrido 9.200 kilómetros desde Roma.

El Pontífice fue recibido al pie de la escalerilla del avión por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quien, como anfitriona, le presentó uno a uno en la propia pista del aeropuerto a varios miembros de su Gabinete y al presidente del Congreso, Renan Calheiros.

Francisco recibió flores de dos jóvenes, a quien agradeció con besos en la cabeza.

El Papa fue acompañado por el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone; y por los cardenales Marc Oullet, presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, y el brasileño Joao Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada.

Al séquito papal se unieron en Brasil el arzobispo de Río de Janeiro, Orani Joao Tempesta; el presidente del episcopado brasileño, cardenal Raymundo Damasceno Assis, y el cardenal Stanislaw Rylko, presidente del Pontificio Consejo para los Laicos.

En su primera actividad en Río de Janeiro, Francisco realizará un recorrido por algunas calles del centro de la ciudad a bordo de un papamóvil abierto y sin blindaje, que inicialmente no estaba previsto en la agenda oficial.

Agenda del Papa
El pontífice, que no tiene previstas actividades el martes y el miércoles, viajará a la ciudad de Aparecida, en el vecino estado de Sao Paulo, para visitar el mayor santuario brasileño y la basílica dedicada a la patrona de Brasil.

Pese a que la Jornada Mundial de la Juventud será abierta el martes con una misa presidida por el arzobispo de Río de Janeiro, Francisco tan sólo se ceñirá a las actividades oficiales del evento el jueves, cuando será recibido oficialmente por cerca de 1.5 millones de personas en el paseo marítimo de la famosa playa de Copacabana.

Al día siguiente el pontífice regresará a Copacabana para participar en la escenificación de un Vía Crucis en un evento en el que también son esperados 1.5 millones de fieles.

Francisco volverá a encontrarse con los peregrinos en la noche del sábado en una vigilia en el Campus Fidei, como fue bautizado el descampado en el alejado barrio de Guaratiba en el que fue construido el altar para la misa campal que presidirá al día siguiente y con la que concluirá la Jornada Mundial de la Juventud.

Las autoridades brasileñas calculan que unas dos millones de personas participarán en los diferentes actos del evento, entre los cuales 800,000 turistas extranjeros y brasileños y los 300.000 peregrinos de todo el mundo oficialmente inscritos.

La seguridad del pontífice en Brasil será garantizada por cerca de 20,000 policías y militares.

Las medidas de seguridad fueron reforzadas tras las manifestaciones por mejores servicios públicos que sacudieron Brasil en junio pasado y que llegaron a movilizar en algunas jornadas a más de un millón de personas en un centenar de municipios. (La Razón España)

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