miércoles, 3 de julio de 2013

julio 03, 2013
Historias de reportero | Carlos Loret de Mola Álvarez | (3-VII-13)

Se ha quedado solo. Sus aliados han perdido poder o ya no le guardan la lealtad de antes. Se refugia en la Riviera Nayarit. Se le ve poco. O nada. De pronto con algún tuit encara al gobierno que sostiene ha detectado más de 5 mil millones de pesos en posibles irregularidades durante su gestión.

Emilio González Márquez, el panista ex gobernador de Jalisco, está en la mira de su sucesor, el priísta Aristóteles Sandoval. Le cocina un expediente a fuego lento. El primer plato fue el ex titular del organismo operador del agua potable, Rodolfo Ocampo Velázquez, quien ya está en el penal de máxima seguridad de Puente Grande acusado de apostar con dinero público en la bolsa y desviar millones en tiempos electorales.

¿Quién defiende a Emilio? Parece que nadie. El que era su secretario de Gobierno y candidato a gobernador, el conservador Fernando Guzmán Pérez Peláez, terminó peleado con él y ahora encabeza una organización contra el aborto, que es su plataforma política.


Su mancuerna, el cardenal Juan Sandoval Íñiguez, renunció por edad y aunque sigue haciendo declaraciones que atizan el fuego político, poco a poco es opacado por la figura sobria, prudente, profesional de su sucesor en el Arzobispado de Guadalajara, el cardenal Francisco Robles Ortega (hay quien asegura que Robles obtuvo votos en el cónclave en que resultó electo el Papa Francisco).


El Partido Acción Nacional jalisciense se encuentra fracturado. Aunque sigue en el ánimo de los votantes y sus preferencias electorales no son desdeñables, las pugnas internas tienen al partido en crisis. Y no parece que ninguna de las corrientes reinantes se apunte para dar la cara por el ex mandatario de Jalisco.

A nivel nacional, el Partido Acción Nacional vive su propia crisis. Emilio es “el apestado”. No lo quieren corderistas ni maderistas. Se formó un grupo de ex gobernadores para tratar de mediar la crisis entre estas dos facciones… pero a González Márquez ni lo invitaron. Acaso la corriente ultraconservadora “El Yunque” pueda lanzarle un lazo de salvación. “El Yunque” —que ha hecho de la paciencia, la observación del conflicto ajeno y la recolecta de saldos de guerra un eficaz modus operandi para obtener posiciones— quizá aguarde a ver qué le conviene.

¿Quién defiende a Emilio? Parece que nadie.

Y puede ser el siguiente gran escándalo nacional. Las fechas quizá le favorezcan: no habrá consignación ni acusación frontal antes de este domingo 7 de julio en que se realizan elecciones en 14 estados del país. Después de esa fecha será “juego nuevo” en la política nacional. Muchas cosas podrían cambiar a partir del resultado. El destino del ex gobernador de Jalisco entre ellas.

SACIAMORBOS

Está enchilado Gustavo Madero. Él ha sido noble con el presidente Peña pero acusa que simplemente en Los Pinos han despreciado sus cada vez más desgarrados gritos por denunciar las acciones fraudulentas priístas de cara a las elecciones del domingo.

Si le va bien a Acción Nacional le va bien a Madero… y seguro ahí muere la bronca con el PRI-gobierno, y vendrán las reformas y el pacto. Pero si arrasan al PAN…