viernes, 26 de julio de 2013

julio 26, 2013
RÍO DE JANEIRO, 26 de julio.- Tras las confesiones, Francisco se trasladó en el papamóvil descubierto, al palacio arzobispal de Río de Janeiro, donde mantuvo un encuentro privado con jóvenes que cumplen penas de prisión.

El encuentro se celebró en una sala de la planta baja, ante la presencia de educadores de detenidos. Debido a que se trató de un acto muy reservado, no se informó de más.

Después acogido con vivas, aplausos y eslóganes como "Esta es la juventud del papa" por decenas de miles de personas, Francisco se asomó al balcón central del palacio arzobispal para el rezo del ángelus.
 El Papa Francisco recibe a un grupo de presos jóvenes en el  Palacio San Joaquín del Arzobispado de Río de Janeiro.(AFP)


El papa Bergoglio recordó que hoy la Iglesia festeja a San Joaquín y Santa Ana, los padres de María y abuelos de Jesús y subrayó que los dos santos forman parte de "esa larga cadena que ha transmitido el amor de Dios, en el calor de la familia".

Francisco recordó que en muchos países del mundo se celebra la fiesta de los abuelos, tras lo que afirmó: "¡Qué importantes son los abuelos en la vida de la familia para comunicar ese patrimonio de humanidad y de fe que es esencial para toda sociedad.

El Obispo de Roma dijo también que es muy importante el encuentro y el diálogo intergeneracional, sobre todo dentro de la familia.

En esa línea dijo que el Documento final de la V Conferencia del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (Celam) señala que "niños y ancianos construyen el futuro de los pueblos, los niños porque llevarán adelante la historia, los ancianos porque transmiten la experiencia y la sabiduría de su vida".


Francisco agregó que esa relación, ese diálogo entre las generaciones, "es un tesoro que tenemos que preservar y alimentar".

El Papa Francisco reza el Ángelus en un balcón del Palacio Arzobispal.
Francisco aseguró que en estas Jornadas de la Juventud, los jóvenes saludan a los abuelos "con todo cariño y les agradecen el testimonio de sabiduría que nos ofrecen continuamente".

El papa argentino invocó a María que proteja a las familias, las haga "hogares de fe y de amor, en los que se sienta la presencia de su hijo, Jesús".

Tras el ángelus, Francisco se reunió con los miembros del comité local de la JMJ y almorzó en el palacio arzobispal con doce jóvenes, dos por cada continente, más otros dos brasileños.

En la misa privada que celebró a primeras horas de esta mañana, el papa expresó el deseo de "envejecer con sabiduría y dignidad".

"¡Que sea como el buen vino, que cuando envejece mejora!.¡Que Dios nos done la gracia de envejecer con sabiduría, de envejecer con dignidad", dijo Francisco ante numerosos jesuitas -la congregación a la que pertenece- que asistieron al rito.

Esta noche, Francisco presidirá en la playa de Copacabana el tradicional Vía Crucis de la Jornada Mundial de la Juventud, uno de los momentos más sugestivos de la JMJ.

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