miércoles, 24 de julio de 2013

julio 24, 2013
SAO PAULO, 24 de julio.- El Papa Francisco anunció hoy en Aparecida que volverá a este santuario mariano en 2017, año en el que se cumple el 300 aniversario de la aparición de la patrona de Brasil, Nuestra Señora de Aparecida, hallada en 1717.

El Papa Francisco puso al pueblo latinoamericano bajo la protección de la Virgen de Aparecida, la patrona de Brasil y exhortó a los fieles a no perder la esperanza y afirmó que aunque el "diablo, el mal, existe, no es el más fuerte, el más fuerte es Dios".
El Sumo Pontífice, conmovido ante la Virgen. (Reuters) (clic a las fotos)

Francisco hizo estas manifestaciones al final de la misa que ofició en una mañana fría y lluviosa en el santuario mariano de Nuestra Señora de Aparecida, a 245 kilómetros de Río de Janeiro, a donde viajó hoy para postrarse a los pies de la virgen negra y pedir por el éxito de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

"En 2017 volveré", dijo el papa, hablando en español, a los cerca de 200,000 fieles presentes, que acogieron el anuncio con una gran ovación.
El Papa besa una réplica de la Sagrada Imagen de Nuestra Señora de Aparecida.


En 2017 también se cumple el décimo aniversario de la V Asamblea General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (CELAM).

A esa asamblea asistió el entonces arzobispo de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio -hoy papa Francisco-, que redactó el Documento de Aparecida, que marcó las líneas a seguir por la Iglesia Latinoamericana para encarar el siglo XXI y la nueva evangelización.

Solidaridad, perseverancia y alegría

El Papa invitó desde el Santuario de Aparecida a inculcar en la juventud valores como la solidaridad, la perseverancia, la fraternidad y la alegría para enfrentarse a "tantos ídolos que se ponen en el lugar de Dios" como "el dinero, el éxito, el poder o el placer".

Por ello, según ha indicado, ha acudido a la Virgen de Aparecida, para pedirle por el éxito de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), pero también para que ayude a los pastores, a los padres y a los educadores a transmitir a los jóvenes los valores "que les hagan artífices de una nación y de un mundo más justo, solidario y fraterno". En este sentido, ha señalado tres "sencillas" actitudes: mantener la esperanza, dejarse sorprender por Dios y vivir con alegría.


El momento de la Eucaristía. (clic a las imágenes)

El Papa Francisco levanta el cáliz.

Concretamente, sobre la primera, ha indicado que a pesar de las dificultades que hay en la vida "por más grandes que parezcan", Dios "nunca deja" que sus hijos se hundan y, por ello, ha exhortado a "no perder la esperanza" pues "el dragón, el mal, existe en la historia pero no es el más fuerte".

"Es cierto --ha admitido-- que hoy en día, todos un poco, y también nuestros jóvenes, sienten la sugestión de tantos ídolos que se ponen en el lugar de Dios y parecen dar esperanza: el dinero, el éxito, el poder, el placer. Con frecuencia se abre camino en el corazón de muchos una sensación de soledad y vacío, y lleva a la búsqueda de compensaciones, de estos ídolos pasajeros".

Visión positiva

Clérigos escuchan las palabras del Papa Francisco durante su primera Misa pública en Brasil, en la Basílica de Aparecida. (AP)


Los protagonistas de la Jornada Mundial de la Juventud. (ansa)
Una mujer reza afuera de la Basílica de la Vírgen de Aparecida, donde el Papa Francisco ofrecio su primera Misa multitudinaria. (AP)


Sin embargo, ha indicado que se pueden combatir con "una visión positiva de la realidad", ayudando a la juventud a ser protagonista de la construcción de un mundo mejor y proponiéndole "esos valores inmateriales que son el corazón espiritual de un pueblo, la memoria de un pueblo", que encuentran "sus raíces más profundas en la fe cristiana".

Sobre la segunda actitud --dejarse sorprender por Dios--, Francisco ha apuntado que "Dios actúa y sorprende también en medio de las dificultades" y que, con él, "lo que parece agua fría, lo que es dificultad, lo que es pecado, se transforma en vino nuevo de amistad".

Además, acerca de la tercera actitud --la alegría--, ha afirmado que el cristiano "es alegre, nunca triste" y que, por tanto, "no puede ser pesimista". "No tiene el aspecto de quien parece estar de luto perpetuo. Si estamos verdaderamente enamorados de Cristo y sentimos cuánto nos ama, nuestro corazón se inflamará de tanta alegría que contagiará a cuantos viven a nuestro alrededor", ha insistido.
La nave principal de la Basílica. (ansa)

El Cristo, el altar. (ana)

Por otra parte, el Papa se ha referido a la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe que se celebró hace seis años en este Santuario y en la que pudo constatar personalmente algo "muy hermoso": que los obispos, que trabajaban sobre el tema del encuentro con Cristo, el discipulado y la misión, se sentían alentados, acompañados y en cierto sentido inspirados por los miles de peregrinos que acudían cada día.

Así, ha manifestado que aquella Conferencia fue "un gran momento de Iglesia" y que el Documento de Aparecida "nació precisamente de esta urdimbre entre el trabajo de los Pastores y la fe sencilla de los peregrinos, bajo la protección materna de María". Finalmente, citando a Benedicto XVI ha subrayado que "el discípulo sabe que sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no hay amor, no hay futuro".

Virgen de Aparecida

El papa Francisco se postró a los pies de la patrona del país, en cuyas manos puso su vida y su pontificado, así como la protección de los jóvenes y la Jornada Mundial de la Juventud.

Francisco tenia previsto viajar los 245 kilómetros que separan Río de Janeiro de Aparecida en helicóptero, pero debido al mal tiempo lo hizo en un avión que aterrizó en el aeropuerto de San José dos Campos, a unos 80 kilómetros de Aparecida, y desde allí se trasladó en helicóptero hasta el santuario mariano.
El Papa Francisco abraza una estatua de la Virgen de Aparecida.(AP)

El Obispo de Roma fue recibido por el cardenal arzobispo de Aparecida y presidente de los obispos brasileños, Raymundo Damasceno Assis, con quien se trasladó en el papamóvil cubierto con un cristal transparente para librarle de la lluvia hasta el santuario, donde se venera a la Virgen que le da el nombre y que es el más visitado de Brasil, con casi 12 millones de fieles al año.

Francisco fue acogido con cánticos, vivas y aplausos por los fieles, que desde la pasada noche desafían la lluvia y el frío para ver al primer papa latinoamericano, quien, en su línea, no dudó en detener el papamóvil para estrechar las manos de los fieles y besar niños.
El Papa con la Santa Patrona de Brasil. (ansa)

Una vez en el templo, Francisco se dirigió a la "Capilla de los Doce Apóstoles", donde está expuesta la imagen de Nuestra Señora de Aparecida, ante la que se postró y oró durante unos minutos.

"En vuestras manos pongo mi vida", afirmó el papa, emocionado, en la plegaria que dedicó a la Virgen, en la que también puso bajo su protección a los jóvenes.

"¡Cuánta fuerza, cuánta vida, cuánto dinamismo brotando al servicio de la vida!", añadió.


Después comenzó la misa, la primera eucaristía pública desde su llegada a Río de Janeiro el pasado día 22.

La imagen de la Virgen de Aparecida apenas tiene 40 centímetros de altura y pesa 4 kilos. Fue hallada el 12 de octubre de 1717 en el río Paraíba por tres pescadores que habían sido enviados al lugar a pescar por el entonces gobernador de Sao Paulo y Minas Gerais, Pedro de Almeida.

La imagen es negra debido al fango del río y al humo de las velas, según los estudiosos, pero según la tradición se debe a que quiere estar al lado de los oprimidos, los pobres y los excluidos, especialmente el pueblo negro en la historia de aquellos años de Brasil.

Unas 200,000 personas se calcula que han acudido a la pequeña localidad, de unos 35,000 habitantes, para acompañar al papa.
Paraguas y periódicos. (ansa)

Miles de ellos han pasado la noche desafiando la ola de frío que azota estos días Brasil, especialmente la zona meridional, y según el servicio de meteorología la temperatura máxima prevista en la pequeña localidad para hoy no superará los 12 grados.

La basílica, la más grande de Brasil, tiene capacidad para 30,000 personas, aunque sólo han podido entrar 15,000 y el resto seguirán la misa desde la explanada del santuario.
El saludo a los fieles. (ansa)

Francisco es el tercer papa que visita Aparecida. En 1980 lo hizo Juan Pablo II y en 2007 Benedicto XVI, que inauguró la V Asamblea General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (CELAM).

A esa asamblea asistió el entonces arzobispo de Buenos Aires y hoy papa Francisco, que redactó el Documento de Aparecida, que marcó las líneas a seguir por la Iglesia Latinaomericana para encarar el siglo XXI y la nueva evangelización. (larazon.es / O Globo)

Un católico brasileño con su Virgen, su bandera y el Papa. (ansa)


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