viernes, 12 de julio de 2013

julio 12, 2013
SUDÁFRICA, 12 de julio.- De acuerdo con una investigación realizada en Sudáfrica, los médicos y trabajadores sociales comprenden el derecho de las personas que viven con VIH a tener hijos, aunque ello no significa necesariamente que están de acuerdo con dicha decisión. 


El documento demostró que los trabajadores de la salud no se encuentran preparados para ofrecer a sus pacientes y a las parejas que viven con el virus las asesorías necesarias sobre concepción. 

La investigación, realizada entre 25 médicos, enfermeras y trabajadores sociales de dos Clínicas de Antirretrovirales (ARV) ubicadas en el poblado de Durban, Sudáfrica, encontró que aunque los médicos y orientadores reconocen los derechos reproductivos de las personas con VIH, éstos no participan proactivamente respecto a sus necesidades de salud reproductiva y tienden a moralizar la decisión de tener hijos debido a diversas razones. 

De acuerdo con Deborah Mindry de la Universidad de California, Los Angeles Centre for Culture and Health, los resultados de la investigación enfatizaron la necesidad de capacitar a los proveedores de servicios de salud y proporcionarles mayor información sobre las opciones de concepción segura que existen y cómo adaptarlas a los entornos de escasos recursos. 

Necesidades desconocidas

“Con el incremento en la disponibilidad de terapias ARV, los hombres y mujeres con VIH viven por más tiempo y de forma más saludable”, dijo Mindry durante su participación en la Segunda Conferencia Internacional de VIH, Ciencias Sociales y Humanidades que se llevó a cabo en París, Francia esta semana. “Muchos de esos hombres y mujeres se encuentran en edad reproductiva, en el proceso de procreación o, seguramente, con el deseo de tener hijos presente”. 

Con el programa de antirretrovirales más grande del mundo, Sudáfrica cuenta actualmente con más de 1.7 millones de pacientes con terapias ARV; los resultados arrojan datos que demuestran un aumento en la esperanza de vida de los pacientes. 

Los estudios realizados en mencionada ciudad encontraron que a cerca de la mitad de los pacientes con VIH les gustaría tener hijos, pero sólo 20 por ciento de las mujeres y 6 por ciento de los hombres VIH positivos indicaron haber discutido sus deseos con los trabajadores de la salud. 

En junio de 2011, la doctora Linda-Gail Bekker de la South Africa´s Desmond Tutu HIV Foundation y sus colegas publicaron una guía sobre concepción y embarazo seguro para parejas en las cuales uno o ambos compañeros vivieran con VIH. Dicho documento presenta diversas opciones sobre concepción segura, dependiendo de quién es el que, en la relación, tiene el virus. Así mismo, destaca que el punto de partida para la aplicación de cualquier medida es la plática frecuente con los pacientes. 

Pacientes y opciones

No obstante, dos años más tarde, las guías no han sido oficialmente adoptadas y los proveedores y trabajadores de la salud no hablan con los pacientes sobre las opciones que éstos tienen. En su lugar, esperan hasta que sean los pacientes interesados quienes se acerquen a preguntar. 

De acuerdo con la investigación realizada por Mindry en dos clínicas, una rural y una urbana, las mujeres que viven con VIH y habitan las zonas urbanas son más proclives a preguntar sobre opciones de concepción segura. La mayoría de las personas que conocen sobre estas opciones, han escuchado de ellas en la televisión, más que de los propios médicos. 

Los médicos y servidores de la salud han logrado desalentar a varios pacientes debido a diversas causas, entre las cuales sobresalen su estado civil y estatus económico, de acuerdo con el estudio. 

“Hablo frecuentemente con ellos como una trabajadora de la salud y luego como madre… veo todos los motivos por los que a ellas les gustaría estar embarazadas”, dijo una enfermera de la clínica rural entrevistada por Mindry. “Igual que con alguien que no está casada o que es soltera y desea tener un hijo, hablo con ellas y discutimos al respecto… tal vez en algún momento puedan ver la importancia de al momento indicado para tener un bebé”. 

Sin embargo, los médicos y trabajadores sociales entrevistados por Mindry reconocieron el derecho de los pacientes decidir o no tener hijos. 

“Nosotros como orientadores no podemos decidir; lo que hacemos es proporcionar la información necesaria y, luego, realizar los cuestionarios”, dijo un trabajador social que fue entrevistado para la investigación. “El paciente platica su historia y nosotros no podemos juzgar ni decir que no se puede. Le damos opciones y nos aseguramos de que reciba toda la información que necesita”. 

La investigación realizada por Deborah Mindry descubrió también que los servidores médicos estaban más dispuestos a brindar apoyo a las mujeres que recién tenían un hijo que a aquellas que ya tenían varios, argumentando su preocupación por la salud de los bebés. 

Lo anterior sugiere que los prestadores de servicios médicos y trabajadores sociales, necesitan ser capacitados sobre métodos de concepción segura, así como para atender las necesidades emocionales de las parejas serodiscordantes y separar los propios juicios morales de su trabajo. 

Si bien el lavado de esperma está disponible dentro del sector privado en Sudáfrica, sigue siendo una terapia demasiado costosa para la mayoría de los habitantes del país. Es por ello que, aunado a su estudio, Mindry llamó a realizar investigaciones adicionales sobre la manera de hacer que la concepción segura sea menos costosa y tenga mayor disponibilidad, así como una investigación adicional sobre las formas de atender los problemas de infertilidad en las parejas que viven con VIH en entornos de escasos recursos. (Traducción de Pamela López para NotieSe)

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