viernes, 26 de julio de 2013

julio 26, 2013
LONDRES, 26 de julio.- Los carteles rodantes recorren desde esta semana las calles de siete distritos londinenses con un mensaje así de contundente, dirigido contra los inmigrantes ilegales: 'Go home or face arrest!' ("¡Vuelvan a sus países o les detendremos!"). Los anuncios, remolcados por furgonetas, informan además puntualmente y sobre la marcha: "106 detenidos en este barrio en las últimas semanas"...


Se trata de un programa piloto del Ministerio del Interior británico, que ha arrancado en Londres con un exiguo presupuesto de 12.000 euros y que tiene previsto extenderse a a otras partes del país.

"El objetivo es dar la oportunidad a quienes estén aquí ilegalmente para dejar el país voluntariamente y de un modo digno", ha declarado el ministro de Inmigración Mark Harper, que insiste en la segunda parte del mensaje (los carteles ofrecen un teléfono y una línea de ayuda para tramitar los papeles y poder abandonar el país sin pasar por la cárcel).

La inusitada iniciativa, como prolongación de la batería de nuevas medidas contra la inmigración ilegal anunciada por el primer ministro David Cameron hace tres meses, ha provocado sin embargo una lluvia de reacciones en contra.

Uno de los primeros en levantar la voz ha sido el ministro de Comercio, el liberal-demócrata Vince Cable, que ha acusado a sus socios en la coalición de Gobierno del Partido Conservador de "auspiciar una política anti-inmigratoria totalmente ilógica y muy perjudicial para la economía".

El presidente del Partido Liberal Demócrata, Tim Farron, ha culpado directamente a los polémicos carteles rodantes de "intimidar a población e instigar la política de la división". Farron ha pedido que se ponga fin al plan piloto y que se retiren las furgonetas que recorren estos días los distritos de Hounslow, Barking and Dagenham, Ealing, Barnet, Brent y Redbridge.

Hasta el propio Nigel Farage, presidente del ultraconservador Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) y considerado como el látigo de los inmigrantes, ha denunciado las tácticas intimidatorias usadas por el Ministerio de Interior: Me parece una campaña sucia, desagradable y al estilo 'Gran Hermano'".

La diputada y ex ministra liberal-demócrata Sarah Teather ha encabezado las protestas en su propio barrio de Brent Central y ha amenazado con bloquear los anuncios rodantes. "No sé si estamos ante una falta de sensibilidad o ante una total incompetencia. El mensaje me recuerda a los grafitis más ofensivos de los años 70. El tono empleado es el mismo de aquellas pintadas que advertían: 'No Irish, no blacks, no dogs'" (Prohibida la entrada a los irlandeses, los negros y los perros).

Algunos conservadores se han sumado también a las críticas en las últimas horas. Entre ellos, el diputado 'tory' Douglas Carswell: "La estupidez de la gente que está al mando de nuestro sistema de inmigración no conoce fronteras. Si todavía tuviéramos en la televisión a los Monty Python, el Ministerio de la Tontería estaría proponiendo algo así. De hecho, lo que estamos demostrando es una tremenda debilidad, hasta el punto de tener que implorar a la gente que se vaya de un modo tan ridículo".

El Ministerio de Interior recuerda sin embargo que 28.000 inmigrantes ilegales abandonaron el país el año pasado de manera voluntaria y que el plan piloto forma parte de una política para incentivar precisamente ese tipo de medidas y evitar los idenseables arrestos.

Hace apenas medio año arreciaron también las críticas contra otro programa insólito para prevenir una posible oleada de inmigrantes de Bulgaria y Rumanía, advirtiéndoles que el clima del Reino Unido es terrible y que allí los sueldos son bajos. (Carlos Fresneda para El Mundo)

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