viernes, 28 de junio de 2013

junio 28, 2013
Artículo publicado originalmente el viernes 20 de mayo de 2011 por JMRM en otro portal. Redactado, como se menciona en la nota, tras haber sido parado arbitrariamente en el retén aquí mencionado.

La madrugada del 20 de mayo de 2011, aproximadamente a las 12:20 de la noche, agentes de la SSP realizaron una detención arbitraria más en un retén de Prolongación Paseo de Montejo. Ésta fue sólo una más de las miles que la corporación ha llevado a cabo desde que la Secretaría de Protección y Vialidad (SPV) fue reemplazada por la Secretaría de Seguridad Pública, a cargo de Luis Felipe Saidén Ojeda, indiciado por nexos con el narcotráfico tras su gestión a cargo de la Policía de Cancún en 2004.

El reportero de la fuente pasó por dicho lugar a medianoche y tras ver su privacidad invadida decidió cuestionar a los oficiales sobre qué facultad legal tenían para revisar a las personas en un retén alcoholímetro y para los retenes mismos. Un comandante que llegó en la patrulla 5779 refirió al departamento de prensa en la central, se negó a identificarse y de paso manifestó su disgusto por tener que estar plantados en los retenes, tras lo cual le pidió al reportero que se retirara.

El mencionado retén, en Prolongación Paseo de Montejo

A los pocos minutos, se regresó a la escena de la violación de los derechos humanos, con las identificaciones y equipo adecuados, para documentar, con fotografías, grabaciones de audio y el respaldo de Twitter en caso de una detención, un atropello al que ya estamos demasiado acostumbrados.

Varias personas eran paradas y se les preguntaba si habían tomado, pero no pasaron ni 20 minutos desde que comenzó el monitoreo del reportero cuando los dos oficiales a cargo del retén, ubicado en la frontera de las colonias Buenavista y México, entre las calles 13 y 17, pararon arbitrariamente a un automóvil rojo, con un grado de polarizado ligero (dentro del rango permitido) y dos hombres jóvenes en su interior. 

Tras ser privados de su libertad, debido a que no podían retirarse, el conductor fue obligado a bajar para dialogar con los oficiales.

El joven en el asiento del pasajero, abogado de profesión, comentó que no tenían idea de por qué fueron parados, ya que no manejaban a exceso de velocidad, no son foráneos (lo cual por sí solo no constituye causa justa para pararlos) y sus polarizados caen dentro del grado permitido. Cabe señalar que la hora no es excusa ya que en ni en Mérida ni en Yucatán hay toque de queda declarado.

Al preguntarle qué opina de ser detenidos al capricho de los oficiales, respondió que está "de la ch... no tienen criterios para nada".

Añadió que bajaron a su hermano, como era evidente, y seguramente le iban a pedir una mordida. Cabe destacar que durante ese tiempo ningún otro guiador fue parado.

El conductor, cuyo rostro fue oscurecido para protegerlo de represalias, intentando razonar con los oficiales.

El guiador pidió que no se publicaran sus nombres para evitar problemas, aunque destacó que pasó el alcoholímetro y aún así se pudo atestiguar que los dos oficiales a cargo del retén, de la patrulla 5766 con placas YZG-5766, no los dejaban ir en paz a su casa.

Cabe señalar que los retenes son inconstitucionales, ya que contravienen lo dispuesto en los artículos décimo primero y décimo sexto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Adicionalmente, la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece en su artículo noveno que "nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado".

El retén, al constituir una detención arbitraria y una invasión a la privacidad, viola dos derechos humanos inalienables y fundamentales.

A pesar de que los oficiales de Saidén Ojeda no pudieron evitar que su hijo, Luis Omar Saidén Quiroz, causara la muerte de los jóvenes Rodrigo y Raquel Duarte Cobá en diciembre de 2007, precisamente en dicha avenida, el retén ubicado frente a Banjército detiene de manera aleatoria y arbitraria a los guiadores.

Aunque en Yucatán no se ha declarado estado de excepción, la Secretaría Estatal de Seguridad Pública (SSP) opera, sin ningún marco jurídico o norma escrita que los respalde, como se ha documentado contundentemente en este semanario, multitud de retenes en nuestras calles, avenidas y carreteras, invalidando nuestro derecho al libre tránsito, a no ser molestados y a la privacidad.

Éstos, cabe destacar, son sin duda la burla de cualquier cibernauta que siga el canal @retenesmerida en Twitter, que revela la ubicación exacta de todos los retenes en la ciudad y cuenta con más de 12,700 seguidores. (JMRM)

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