martes, 25 de junio de 2013

junio 25, 2013
Historias de reportero | Carlos Loret de Mola Álvarez | (25-VI-13)

“Usted sabe mucho más de lo que nos está diciendo”, soltó el jefe policiaco al familiar de la víctima mientras le daba dos irónicas palmadas en la espalda. Sólo recibió una amplia sonrisa como respuesta. “…Y sabes que tengo razón”, remató el mando para romper el silencio.

Las reuniones entre las autoridades del Distrito Federal y los familiares de las doce personas desaparecidas en el bar Heaven han sido privadas. Lo que sucede puertas adentro se ha mantenido en secreto porque a veces las cosas fluyen tersamente, pero a veces no.

“Si fueran sus hijos, procurador”, le espetaron un día a Rodolfo Ríos Garza, “o si fueran los hijos del jefe de Gobierno no estarían tan preocupados por los derechos humanos de los detenidos”. 

Rodolfo Ríos Garza, profcurador de Justicia del GDF.
En otra ocasión una visitadora de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal —el organismo ha presenciado las ocho reuniones llevadas al cabo hasta ahora— atestiguó en silencio cómo el abuelo de uno de los “levantados” (su nieto es Jerzy Ortiz Ponce y su hijo, Jorge Ortiz Reyes “El Tanque”, preso en Sonora acusado de liderar una organización criminal) sugirió que torturaran a los arraigados hasta obtener de ellos información.

Sin mencionar que en la esgrima de reclamos y sospechas, Raúl Peralta, jefe de la Policía de Investigación, ofreció dinero de su bolsillo cuando le preguntaron los parientes de las víctimas si había estímulos para algún informante que ellos consiguieran y presentaran ante las autoridades capitalinas.

Los encargados de la indagatoria no terminan de confiar en los familiares porque piensan que encubren las actividades reales de sus hijos y nietos. Éstos a su vez, desconfían del trabajo de los funcionarios. En el más reciente encuentro, el viernes de la semana pasada, las familias recibieron la noticia de que tres de los individuos que aparecen en el video orquestando el “levantón” han sido plenamente identificados y está en marcha un operativo para aprehenderlos. Salieron de la Procuraduría del Distrito Federal más aliviados que otros días.

El fin de semana fue detenido Armando Hernández Gómez “El Ostión Cayagua”, presunto número dos del cártel de “La Unión”, que encabeza su hermano Francisco Hernández Gómez “Pancho Cayagua”. A esta organización delictiva con sede en el barrio bravo de Tepito se le responsabiliza de la desaparición de los doce jóvenes presuntamente vinculados a la banda rival llamada “La Unión Insurgente”, con sede en la misma zona de la capital nacional.

Sin embargo, las autoridades siguen pensando que de los doce desaparecidos, en realidad iban por dos, otros dos, quizá tres están “metidos” en asuntos turbios, y el resto salen exentos en el análisis.

No saben con certeza si están vivos o muertos. A diario les llega una versión distinta: que si los mataron en Veracruz, que si los mantienen en un rancho de Hidalgo.

Pero se inclinan a pensar que están con vida.

SACIAMORBOS

Uno de los detenidos claves por este caso, el jefe de seguridad del Heaven, Gabriel Carrasco apodado “El Diablo”, no declaró una palabra. A ver si ahora “El Ostión” les da más luces.