sábado, 8 de junio de 2013

junio 08, 2013


En el año de 1725, el rey de España, don Felipe V, mandó al oidor don Juan Pérez de Viedna, persona de toda su confianza, a averiguar qué clase de gentes eran aquellos yucatecos que constantemente le estaban enviando protestas, alegatos y quejas contra la Audiencia de Guatemala de que, en lo judicial, dependía la provincia.

Llegó el Oidor a Mérida y (naturalmente después de oír a varias personas de distinta condición y sexo) envió a su majestad el siguiente informe sintético;

"Son cabezones,
hijos de vascos;
todos parientes,
y en guerra siempre
unos con otros".


Como se ve, en algo más de dos siglos (ahora, ya casi tres), no hemos cambiado mucho que se diga.

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