jueves, 13 de junio de 2013

junio 13, 2013
Utopía 1263 / Eduardo Ibarra Aguirre / (14-VI-13)

Cuando Felipe Calderón despachaba en Los Pinos y producía el “milagro” de que la realidad, terca como es, se ajustara a sus deseos, disposiciones y decretos, con el extraordinario auxilio del duopolio de la televisión, postuló que México “es un país de clase media”. Para apuntalar tan temeraria conclusión, adujo que “90 de cada 100 hogares tienen televisión, teléfono y refrigerador y que en 10 años, más trabajadores ganan más de tres salarios mínimos”.

Las cifras que arrojó la Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares de los años 2000 y 2010, desmienten el sueño del creador de la máxima “Haiga sido como haiga sido”.

A cargo del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, la encuesta revela que la cúspide de la pirámide social está integrada por un millón 340 mil personas de “clase alta”, 1.7 por ciento del total de los habitantes y el 2.5 de los hogares del país; en tanto existen 66.4 millones de individuos de “clase baja”, que representan 59.1 por ciento de la población y que forman el 55.1 por ciento de los hogares; mientras que la “clase media” está compuesta por 44 millones de personas, el 39.16 por ciento de la población y el 42.4 por ciento de los hogares, con un incremento de casi 4 por ciento en la década que trabajó la muestra, elaborada con “17 indicadores cualitativos”.


La Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares pone en relieve diversos asuntos, destaco dos que me parecen más significativos. Por cada persona de “clase alta” existen 49 mexicanos de “clase baja”. La profunda desigualdad social está la orden del día en pleno siglo XXI.

El otro asunto importante es la tendencia creciente de lo que el INEGI y otros especialistas denominan en singular clase media, y que pasó en una década del 35.2% al 39.16% de la población; y de 38.4% a 42.4% de los hogares. El crecimiento de prácticamente 4 por ciento es positivo, pero tampoco para echar las campanas a vuelo como lo hacen intelectuales sistémicos, porque como apunta la opinión institucional de El Universal, África incrementó en 7 por ciento a su “clase media” en 10 años, y en China constituye dos tercios de la población urbana.

Rodrigo Negrete, responsable de la Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares, explicó que en la medición se privilegiaron los rubros de gasto sobre los de ingreso debido a que por la crisis de seguridad la gente no declara su ingreso real. En países con economías de tamaño similar como Chile, la “clase media” abarca a 48% de la población, de acuerdo con una metodología basada en nivel de ingresos, que difiere de la del INEGI.

Un hogar típico de “clase media”, según la clasificación de INEGI, cuenta al menos con computadora; gasta mil 466 pesos al trimestre en consumir alimentos fuera del hogar; tiene tarjeta de crédito, así como un integrante con trabajo en el sector formal; lo encabeza alguien que cuenta con educación media superior y es casado, conformando un hogar nuclear de cuatro personas. ¿Qué tiene que ver el estado civil y usar o no dinero plástico con ser o no de la “clase media”?

José Luis de la Cruz, director del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, explicó con sobrada razón que el mayor acceso al crédito facilita la adquisición de bienes durables en los hogares; sin embargo, un mayor endeudamiento pone en riesgo a la “clase media”, ante episodios de caídas en el ingreso o pérdida del empleo.

El pronóstico consiste en que para hacer realidad el sueño guajiro que Felipe del Sagrado Corazón de Jesús dio por materializado en 2011, hacen falta “26 o 27 años, al ritmo de crecimiento que se registró en la primera década de este siglo”. Nada más.

Acuse de recibo
“Como soy reportero, sé algo de propaganda. Esa organización de Proyecto de Derechos Laborales, sociales y económicos (sic), pudo haber cacaraqueado, ipso facto,  urbi et orbi, el número de trabajadores de Walmart que asistieron a su manifestación, y eso hubiese sido un buen golpe publicitario. Podría darles asesoría, por una módica tarifa”. La oferta de Gustavo Cortés Campa fue enviada al Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, organizador de la protesta contra McDonald’s, como ya se consignó aquí en tres ocasiones. Gustavo sabe que este espacio de los lectores no es para polemizar con ellos y sus invitaciones… Registra Jorge Meléndez en la columna Botica que “Gerardo de la Torre cumplió 75 años. Sus amigos habían preparado un homenaje en Bellas Artes el cual rechazó el autor de La línea dura. Ahora unos cuantos le preparan un encuentro con sus alumnos, amigos y compañeros. Asimismo se editará un volumen con textos muy diversos de quien ha sido el escritor que más ha tratado el asunto petrolero, insistido en el beisbol y es un guionista de primera”… Federico Campbell Peña invita al “Homenaje a Madiba, padre de la Sudáfrica post apartheid, Nelson Mandela”. Sábado 15 a las 17 horas en la sede del Partido Popular Socialista, Álvaro Obregón 185, colonia Roma, parada del metrobús Álvaro Obregón.

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