miércoles, 26 de junio de 2013

junio 26, 2013
Carlos Loret de Mola Álvarez | Historias de reportero | (26-VI-13)

La semana en que destituyó a Ernesto Cordero de la Coordinación del PAN en el Senado, el dirigente nacional de ese partido, Gustavo Madero, recibió en su oficina una carta.

Privada, durísima en sus términos, firmada por uno de los líderes históricos, don Luis H. Álvarez. Le llamaba “vil burócrata” por haber procesado con autoritarismo su facultad legal de remover al titular de la bancada.

Don Luis H. Álvarez
Era apenas la esgrima inicial entre dos facciones panistas que llegaron mucho más lejos en acusaciones y descalificaciones en su disputa por dinero:

Los maderistas filtraron la nómina de asesores de Cordero. Los corderistas denunciaron que el nuevo coordinador, Jorge Luis Preciado, había intentado “maicear” a los legisladores con un depósito sorpresa de más de 400 mil pesos a cada uno. Los de Madero contestaron con la revelación de los polémicos gastos corderistas. Los de Cordero usaron su mayoría en la bancada para acotar el poder del nuevo coordinador y nombrar un tesorero propio. Preciado respondió con una denuncia penal.

…Y hubo otra de la que no se supo: el equipo legal afín a Ernesto Cordero también denunció penalmente a Jorge Luis Preciado ante la PGR. Lo acusan de haber encabezado el allanamiento a las oficinas de la Tesorería de la bancada y haber sustraído ilegalmente documentos de las finanzas del grupo parlamentario, en los días en que se disputaban esa posición clave. Finalmente quedó en manos de un senador de la corriente de Cordero, pero en un par de semanas podría mutar a una comisión de tres legisladores, como parte del acuerdo de no agresión entre ambas partes.

Un acuerdo que busca mantener la gobernabilidad de la bancada y sobre todo no seguir dando un patético show mediático que les pueda costar votos a unos días de las elecciones del 7 de julio.

Como parte de este arreglo, Preciado ya no ratificó su denuncia. La de los corderistas está viva aún. ¿La ratificarán? Seguramente dependerá de qué suceda a partir del 8 de julio que vence la tregua.

También después de las elecciones, y en mucho dependiendo del resultado que obtenga el PAN, crecerá la disputa por la presidencia del partido. Gustavo Madero puede reelegirse. Ernesto Cordero quiere la posición. Son los más fuertes.

Y además, hay tres que buscan posicionarse como una “tercera vía” para zanjar la polarización entre maderistas y corderistas:

Uno. El grupo de los primeros gobernadores panistas (Medina Plascencia, Ruffo, Alberto Cárdenas, Canales Clariond, etcétera) apoya al senador y ex mandatario de Guanajuato Juan Carlos Romero Hicks.

Dos. El conservador “Yunque” promueve a la sorda la renuncia de Gustavo Madero y busca postular en su lugar a cualquiera de dos ex gobernadores: Marco Antonio Adame (líder político de este grupo), de Morelos; o Juan Manuel Oliva, de Guanajuato.

Y tres, Josefina Vázquez Mota, quien es apoyada… fundamentalmente… por… Josefina Vázquez Mota (lo que le resta de estructura de la campaña presidencial y los pocos colaboradores que no la dejaron).

SACIAMORBOS

Anda en México el ex presidente más mencionado en este choque de fuerzas. ¿Operará?

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