miércoles, 22 de mayo de 2013

mayo 22, 2013
Manuel Ajenjo / El Economista

CIUDAD DE MÉXICO, 22 de mayo.- Gran parte del espacio de mi última columna en El Economista lo ocupé en comentar el amplísimo guardarropa y los 400 pares de zapatos del exgobernador de Tabasco Andrés El Ciempiés Granier. El comentario surgió de una grabación que amigos del exgobernador tabasqueño le hicieron en una fiesta en la ciudad de México y que se dio a conocer a través de conocido noticiero radiofónico en la estación XEVT de Villahermosa, Tabasco.



Como, seguramente, los lectores saben -pero yo consigno para contextualizar mi comentario de hoy-, Granier, ni tardo ni perezoso, al otro día habló al precitado noticiero para reconocer que sí presumió de su abundancia de ropa y calzado, así como de ser un asiduo comprador en las tiendas caras de Hollywood­ y de Nueva York, pero que nada de lo que se vanaglorió es verdad. Alardeó porque estaba “pasado de copas”.

Hay un momento de la plática grabada con sus amigos El Ruso y El Rex en que, además de jactarse de la abundancia de prendas de vestir, reconoce su inclinación por el trago: “Me empedo. ¿Por qué me empedo? Porque me siento bien, me siento contento, estaba relajado. Desgraciadamente, me siento bien”. La última frase es para que la analice un psiquiatra. Es como si este textoservidor escribiera: “Desgraciadamente, me van aumentar el sueldo en el periódico”.

Considerar una desgracia el sentirse bien pudo haber sido un acto fallido. Una expresión diferente a lo que realmente quería manifestar. Tal vez la intención original del Ciempiés era la de confesarles a sus cuates: “Me empedo para aliviar lo desgraciado que me siento por haber hecho mal uso de los recursos que mis paisanos me confiaron”.

En realidad, tratándose de un químico, no resulta raro que se dedique a transformar whiskys, tequilas y coñacs en orina. Lo que resulta alarmante es que la ingesta de bebidas alcohólicas le produzca ufanarse y decir mentiras. Si nos basamos en esa información, y sólo por escribir de un caso, ha de haber estado pedo -calificativo por él utilizado- el 23 de abril del 2008 cuando Granier Melo se comprometió ante los padres de familia, alumnos y profesores de la escuela primaria Luis Felipe Enríquez de la Fuente de Comalcalco a la reparación de urgencia del precitado centro escolar ante las pésimas condiciones en que se encontraba -se encuentra- el edificio. Cosa que jamás se realizó.

Tabasco es un edén
Si es verdad lo que afirma -que bajo el influjo del alcohol se vuelve presumido y mentiroso-, borracho debe haber estado cuando les hizo creer a sus hijos -Mariana y Fabián-que el dinero de las arcas estatales era suyo y, por consiguiente, ellos -sus adorados retoños- podían meterle mano. Sólo así uno se explica que Mariana Granier Calles haya depositado en sus cuentas bancarias la cantidad de 3,000 millones de pesos, y que Fabián, de los mismos apellidos, haya adquirido propiedades en Miami y en la Riviera Maya.

Transcribo aquí parte de lo que el exmandatario tabasqueño declaró en su defensa a lo transmitido por Telereportaje el noticiero radiofónico que lo sacó al balcón: “Posteriormente -está hablando de la comida donde hizo ostentación de su manera de vestir y calzar-, yo padezco un problema serio de alergia -del cual no venía al caso hablar, pero lo cito textual-, empecé a estornudar, cuando estornudo muchísimo, a veces, me sangra la nariz -cómprese 1,000 pañuelos- y... Pues era precisión que quería hacer (sic) porque es ofensivo hablar de 400 pares de zapatos; es ofensivo hablar de 1,000 pantalones: por supuesto que nunca los he tenido y no los tengo y jamás los voy a tener”. ¿Estabas alardeando? -pregunta el conductor-. Desgraciadamente, sí -contesta Granier-. Soy un hombre de 65 años -ya se sabe que a nosotros, los de la tercera edad, nos da por la jactancia, se lo digo yo -de 67- que terminé mi romance con Malillany Marín por haberse contratado para actuar en Aventurera sin mi permiso-. Continúa Granier: “Lamento muchísimo esta situación pero, si lo hice, estaba yo muy pasado de copas. En este momento, efectivamente, no estoy en Villahermosa. Estoy tratando mi salud” -salud, pues-. “Tengo un problema, un problema serio y estoy tratando mi salud. En dos meses me dan de alta y probablemente podré regresar. Estoy fuera del país. Antes de salir, al señor Gobernador yo indique adónde estaba y estoy en el mismo lugar que le indiqué al señor Gobernador”.

En la entrevista, que usted puede contactar en el sitio de Internet Animal Político, dijo que no puede decir su ubicación porque salió amenazado de la entidad por combatir al cártel de Los Zetas. Negó todo lo que se les imputa a sus hijos y rechazó que el estado esté en bancarrota. Se agradece la pronta respuesta de don Andrés Granier a un tema de interés nacional. Sólo surge una duda: ¿Será cierto lo que dice o estaba pedo cuando lo declaró?

Lo dicho por Granier lo contradijo su sucesor, Arturo Núñez, quien declaró que éste encabezó una administración rapaz e inhumana que dejó en quiebra a la entidad, lo conminó a regresar a Tabasco. “Ven, ven, ven. Ven, ven, ven. Vente pa’Tabasco, de la cárcel serás rehén”.

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